Odiar no, pero hay 2 juegos que me hicieron indiferente a los juegos de mesa durante décadas.
Uno tradicional, el Monopoly, siempre me pareció un aburrimiento, creo que nunca seguimos las reglas, no sabías que hacer y las partidas se alargaban horas.
Pero el que me da más rabia es el Munchkin, quería retomar los juegos de mesa con este ya que también me llamaba la temática y parecía que iba a ser otra cosa. Pero no me enteraba de las reglas, parecía que también se alargaba la partida a saco, por lo que al final también me quedó una sensación mala y volví a aparcar los juegos de mesa años otra vez.
Y me da rabia porque si hubiera tirado por un Carcassone o un Catan pues a lo mejor no hubiera sido lo mismo y hubiera aprovechado los amigos que tenía entonces para jugarlo.
Ahora tengo juegos de mesa (pocos), pero no amigos para jugarlo, poco tiempo y además está la pandemia... la dicotomía del jugador de juegos de mesa.
PD: Ah bueno también le estoy cogiendo tirria al Unicornio destello, que es casi lo único que he jugado en los últimos meses.