A lo mejor para mejorar el debate deberíamos saber algo sobre esto, sobre cifras reales de venta. Y por países, porque debe ser muy distinto aquí que en Alemania seguro. ¿Hay algún informe así accesible? ¿Alguien sabe si hay cifras publicadas?Tengamos en cuenta que aquí se puede hablar mucho de Tapestry o Gloomhaven, pero quizá en españa no han vendido ni una décima parte de lo que vende cualquier juego de Haba y seguro de lo que sigue vendiendo Catán o Carcassonne, que están en todas las grandes superficies.
Kickstarter ha facturado en juegos de mesa 175 millones de $ en todo el mundo.de los que solo 31 mio, corresponden a juegos top, incluidas cosas como esta https://www.kickstarter.com/projects/elanlee/throw-throw-burritoque ha recaudado 2,5 mio de $, el resto se lo reparten otros miles d eproyectos de los que no oiremos nunca.La facturación de juegos de mesa en 2019 solo en Alemania ha sido de 500 mio de €,la americana (ahora sin datos a mano) pasa de los 1500 mio de $.Kickstarter solo influye en el mercado neofilo, no en el real.SaludosACV
Permitidme trasladar aquí unos comentarios que hice en el Telegram de Club de Euroblandengues (¿no lo conoceis? somos 236 miembros y subiendo ) que a su vez venían del whatsapp de mi grupo de amigos. El tema es muy interesante y de hecho Gurney y yo charlamos de ello en el último Días de Juego que supongo se suba hoy o mañana.¡Buenas! Hoy me apetece un poco de disertación filosófica. Esta mañana en el whatsapp de mi grupo de amigos nos han reenviado este artículo escrito por la psicologa Marián Rojas:https://nuestrotiempo.unav.edu/es/grandes-temas/marian-rojas-si-nos-pasamos-la-vida-buscando-ser-perfectos-enfermamosDel cual, por si no os apetece leerlo entero (aunque eso sería síntoma de lo que lo que comentaré ahora), se ha destacado este fragmento:"Debemos volver a educar en la espera en las diferentes facetas de la vida, porque el cerebro, cuando no tiene lo que quiere, se frustra, se pone triste y se irrita. Las dos esferas que nos hacen más felices están relacionadas con el amor y con el trabajo, dos ámbitos que nunca ofrecen resultados inmediatos y requieren la paciencia y la perseverancia de saber esperar. Hay que aprender a vivir en la rutina encontrando la belleza en lo cotidiano, porque si solo dependemos de las grandes emociones, de los cambios, las experiencias intensas y los sentimientos a corto plazo, nos convertimos en personas demasiado vulnerables."Y esto ha generado un interesante debate que me apetece trasladar aquí. En mi caso, es un artículo con el que estoy bastante de acuerdo porque llevo años reflexionando sobre ello. En especial, lo he traslado al mundo del ocio que nos rodea hoy en cía (y si pusiéramos la lupa aún más cerca... al mundo de los juegos de mesa).Toda mi vida he pensado que hay que disfrutar de los momentos rutinarios y cotidianos, que hay que buscar la alegría en esas cosas y no aspirar a tener "subidones" temporales de cosas excepcionales y extraordinarias. Porque estas pasan poco a menudo (si no no serían extraordinarias) y el 90% vivimos "en la normalidad". Trasladandolo al mundo del ocio que tenemos construido actualmente, es algo similar.Nunca ha existido una industria del ocio tan fuerte como la de ahora, con una oferta tan extensa a todos los niveles (cine, deportes, series, viajes, literatura, comic, juegos...). Y el tiempo para disfrutar de todo eso suele ser escaso.Estamos inundados de posibilidades de entretenimiento pero el hecho de que exista tanta variedad nos ha hecho esclavos de querer emociones rápidas inmediatas y cualquier cosa que nos implique algo de reflexión, que nos pida paciencia para su disfrute es desechada. Necesitamos un chute rápido porque no queremos perder tiempo con algo que igual luego no nos da felicidad. Y claro, una vez recibimos varios chutes de estos queremos otros mas potentes, que nos sorprendan mas, que sea todo como si fuera nuevo y original... y cuando no lo logramos nos frustamos y somos infelices.A ver como lo gestionan las generaciones nuevas, porque la nuestra es la que es consciente al haber vivido la transición, al pasar de los dos canales de tele, de jugar en la calle con amigos con las cuatro cosas que teníamos, de tirar horas y horas visualizando pixeles gordotes imaginando universos en 8bits, de veranear en el pueblo de al lado y devorar y releer esos cuatro tebeos de la coleccion hasta desintegrarlos...La nueva generación ya nace con la oferta gigante y la tecnología necesaria que le da acceso a esa oferta y eso hace que vayan a estar menos habituados a "aburrirse", a reflexionar sobre las cosas, a tener paciencia para encontrar el placer de las cosas cotidianas.Y claro todo esto es un esquema perfectamente aplicable a nuestro mundo lúdico donde nos cansamos de ciclar y ciclar títulos de juegos buscando intensamente esa mecánica o tema superoriginal que nos absorba cada semana, de pedir que los juegos duren menos pero den más diversión y experiencia lúdica, de confiar en críticas rápidas y en valoraciones numéricas bien grandotas para rechazar juegos sin tener que molestarnos en probarlos ya que ¡hay tantos en las estanterías!. Nos cansamos de tener que leer reglamentos pesados y esperamos que el juego nos dé el máximo de diversión en la primera partida sin reflexionar que igual su magia se produce cuando ya lleva desplegado unas cuantas veces en la mesa.Y añado aquí, más específicamente relacionado con el tema del hilo:... y pedimos a los creadores que se reinventen de forma continua, ignorando sus logros obtenidos en el pasado porque seguimos necesitando ese chute de sorpresa, esa emoción de la novedad. Y sin valorar o empatizar con lo complicado que es eso. ¡Si nosotros no somos capaces de reinventar casi nada en nuestra vida! Nos cuesta cambiar de ruta para ir al trabajo, nos cuesta cambiar hábitos alimenticios, nos cuesta cambiar las cosas que no nos satisfacen del todo, nos cuesta buscar nuevas aficiones o aprender a hacer las cosas de siempre de forma diferente. Los hombres por defecto somos animales rutinarios y tenemos un cerebro que, en busca del ahorro energético y el esfuerzo innecesario, crea patrones a los que acostumbrarse. Entonces ¿porqué exigir a los demás esa reinvención para "alegrarnos" el ocio?Además, mientras los libros de historia pueden definir el pasado en concepto de décadas y siglos, nosotros nos atrevemos a considerar una cosa "del pasado" con menos de 10 años de edad. Y es por esa necesidad continua de llenarlo todo con algo nuevo. Que se vea que nuestra vida pasa y ocurren cosas diferentes, por dios, no vaya a ser que tengamos que reflexionar y aprender a disfrutar de lo de siempre, de lo cotidiano.
O la otra y muy conocida: "- era tan rico, que solo tenía dinero"-