La verdad es que tiene más diferencias que similitudes.
Van sobre el mismo periodo, y de ahí que haya similitud, pero las mecánicas son muy diferentes. Por ejemplo: las cartas son apoyos a las acciones, no necesitas una carta en particular para un evento ya que son las propias acciones (hay una lista bastante completa de lo que puede hacer cada facción, muchas genéricas para todas pero otras muy específicas para Alemania y URSS) las que van encaminando y determinando qué podemos ir haciendo a medida que avanza el juego. Y muchas de las acciones pueden tener respuesta de los demás jugadores (con el peligro de que pierdan prestigio si entran al trapo y pierden).
A los países puedes intentar atraerlos (o desgajarlos) con diplomacia o intimidarlos (hacerles bullying), y hay países que son más fuertes ante las amenazas y la diplomacia que otros, no se ven virajes bruscos hacia una facción para luego inmediatamente ir hacia otra. Cuesta tiempo y esfuerzo ir llevándolos a tu redil.
No hay producción: lo que hay es un rearme que va generando tropas para los frentes, y que puedes acelerar a costa de posibles desórdenes domésticos. Se pueden hacer embargos a Alemania, pero para agravar la situación interna y frenarle en su rearme.
Tropas y guerras contra menores: a nivel abstracto, sencillo, las tropas cuentan para guerras contra países menores (abstracto, no es un juego de campañas bélicas) y para el final de la partida.
Y más diferencias... El DUS es un buen juego, y este también lo es, no desmerece ninguno. Comparten periodo pero tienen enfoques diferentes.