Desde mi perspectiva, éste es El musical. Hay porrones de ellos, y probablemente hay muchos que son buenos ejercicios de cine musical, pero creo que éste conjuga muy bien el género en el que está enmarcado con la calidad cinematográfica en sí misma.
El guión está perfectamente estructurado, mezcla comedia con drama y musical de manera magistral, tiene unos personajes tan carismáticos como solía tener el bien cine clásico, buenos números musicales y un clímax adecuado y memorable. Y además, encierra una reflexión sobre el proceso del cambio del cine mudo al cine sonoro muy bien trabajada, con situaciones que, por hilarantes, no dejan de ofrecer una certera y compleja visión del período.
Es una película que tiene algunas escenas que me encantan, así que es difícil decantarse por una sola. Supongo que la escena cumbre es la de la canción que da título a la película, que es antológica por méritos propios, pero no me quedo sólo con eso. Me gustan especialmente el flashback en off donde Gene Kelly narra sus inicios al lado de Donald O'Connor, y el larguísimo número musical que hay en medio de la historia, metido con calzador y que aparentemente tiene poco que ver con la trama principal (el chico que llega a Hollywodd para trinufar), que me parece de verdad prodigioso.
Un título cuyo visionado, como dice el Woody Allen de Delitos y Faltas, insufla un efervescente estado de buen humor.