Voy a reseñaros este juego que estoy disfrutando por cortesía de
Ludonova.
Fortuna es un juego con una duración aproximada de 60 minutos para 2 a 4 jugadores diseñado por Michael Rieneck y Stefan Stadler, que son los mismos diseñadores de juegos como Cuba, Los pilares de la tierra o Santiago de Cuba, el otro juego editado recientemente también por Ludonova.
OBJETIVO DEL JUEGOEn este juego, como dice la sabiduría popular, todos los caminos conducen a Roma pero tan sólo uno de ellos nos va a llevar a tener la
Fortuna de ganar el juego.
Y es que en eso consiste una partida. Cada jugador parte de su provincia situada en cada lado del tablero, y tiene que avanzar en su camino hasta entrar en Roma y llegar al palacio del emperador, situado en el centro del mismo.
DESARROLLO DE LA PARTIDACada turno de un jugador se divide en 5 fases que tiene que hacer siempre en el mismo orden antes de pasar el turno al siguiente jugador. Hay unas que no se hacen todos los turnos, pues dependen de ciertos lances del juego, como son
Recibir agua para el acueducto, Utilizar el poder militar y Obtener privilegios y otras dos principales que se hacen siempre. Estas son
Hacer una ó dos acciones, la segunda acción depende de si se utiliza el poder militar o no. Las acciones son más o menos las típicas de todos los juegos: construir edificios, jugador inicial, casarse, conseguir y vender recursos (grano, vino, agua, centuriones y vírgenes vestales, si aunque suene raro a los dos últimos los podemos considerar recursos), etc. Y
Ganar el favor del emperador romano al gastar parte de esos recursos y poder avanzar en su camino hacia Roma.
Vamos, que aunque parece mucho cuando juegas te das cuenta que no es para tanto.
La mecánica más importante y más novedosa, al menos para mi, se da al ejecutar las cartas de acciones. Son 12 (3 por jugador), que siempre tienen que estar dispuestas alrededor del tablero independientemente del número de jugadores. Un jugador realiza una de las acciones que tiene delante de él, luego cambia esta carta por otra de otro jugador que esté boca arriba y la coloca delante de él boca abajo, impidiendo así que se la quite otro jugador. De esta forma, un jugador nunca puede hacer dos veces seguidas la misma acción, también así planea su estrategia a medio plazo aunque no puede estar seguro que no se la quiten más adelante.
Pasamos a la fase de Ganar favores del emperador, la más controvertida pues implica dados y su consiguiente azar. Para ganar los favores tenemos que enviar parte de los recursos de nuestra provincia a Roma para cubrir sus necesidades, grano cuando hay hambre, vino para las bacanales o centuriones a defenderla… Si satisfacemos los deseos del emperador avanzaremos en nuestro camino, si estamos casados o tenemos vestales en el templo de nuestra provincia avanzaremos “gratis”, pero por el contrario si no podemos satisfacer al emperador tendremos que pagar dinero o en el peor de los casos retroceder en el camino.
Para ver que favor podemos cumplir tenemos que fijarnos en el centro del tablero y las cartas con dados del 1 al 6 a su alrededor. Cuando tiramos el/los dados podemos elegir una carta de valor igual o inferior a lo que marque el dado o uno de los dados si hemos tirado más de uno, nunca la suma de los dados. Cada vez que un jugador elige una carta, se le da la vuelta inutilizándola para el resto de la ronda y complicando así la vida a los demás jugadores.
Se empieza con un dado, y hay que usar la correspondiente acción para conseguir más, lo cual no significa que a uno le vaya a ir mejor. Ahora podemos abrir el debate sobre el azar en los juegos.
En las cartas no elegidas por ningún jugador en la ronda, se pone una ficha de privilegio con un máximo de tres por carta. Esto nos recuerda un poco a Puerto Rico, ya que luego cuando alguien elija una de ellas ganará estas fichas, que a diferencia de Puerto Rico, no le otorgan dinero sino cartas de privilegio. Hemos pasado así a la última fase del turno, Obtener privilegios. Por cada ficha de éstas que haya, el jugador toma una carta de privilegio. Si hay más de una ficha, elige sólo una carta descartándose del resto, salvo que tenga construido un edificio que le permite quedarse dos cartas. Estas cartas de privilegio son de tres tipos, las que te conceden recursos y las que te permiten avanzar hacia Roma a usar en cualquier momento y las que te dan puntos al final de la partida si se cumplen ciertos requisitos.
FINAL Y GANADOR DE LA PARTIDACuando un jugador llega al palacio del emperador (15 pasos) y se completa la ronda, termina la partida.
Para ganar la partida tenemos que haber, como mínimo, entrado en Roma atravesando sus murallas (10 pasos). El ganador será como en muchos juegos quien tenga más puntos, y éstos se consiguen a razón de 1 punto por paso avanzado más los puntos ganados con las cartas de privilegio si las hubiera.
CONCLUSIONFortuna es un juego que me ha gustado. Es rápido y sencillo después de unas partidas, creo que se puede jugar con no jugones habituales.
Creo que tiene rejugabilidad. De los 4 tipos de edificios que hay, sólo se pueden construir tres en la provincia de cada jugador. Esto hace que en cada partida construyamos unos u otros pues todos son interesantes según la estrategia a seguir.
La colocación inicial aleatoria de las cartas de acción hace que cada partida tenga un comienzo diferente. Por otro lado, hay una variante para expertos en la que cada jugador va eligiendo una carta hasta que se han repartida las doce.
Respecto al azar de los dados, creo que tampoco influye tanto en el juego, aunque seguramente a mucha gente le gustaría más si esas 6 acciones fueran elegidas de otra forma, tipo rondel, subasta, etc. que harían el juego más táctico.
Espero que después de esta parrafada, os llame la atención Fortuna, y si queréis ver alguna foto más del juego podéis ver esta
reseña fotográfica.