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DÍA 8
Un grave error y una batalla desesperada
A las doce en punto estaba bajo los soportales esperando la llegada del doctor, bien pertrechado de estacas, ajos y demás remedios que pudieran ser de ayuda en la lucha que sin duda esta noche tendríamos contra los vampiros, pero el doctor no llegaba. Habían pasado cinco minutos de la medianoche, y el doctor seguía sin llegar. Quince minutos. Veinte. Nada, la calle seguía completamente desierta. Estaba tranquilo, seguramente el doctor se habría entretenido de camino hacia aquí, pero estaría al llegar.
Una hora más tarde y dos gritos después, mi tranquilidad se había convertido en temor. A la mayor rapidez que me permitían mis piernas me dirigí a la casa del doctor, sabía que probablemente no estaría allí, pero en qué otro lugar podría buscarle.
Al llegar a su calle comprobé que no había ninguna mirada indiscreta tras las ventanas vecinas, y entonces me acerqué a la puerta. La encontré entornada, lo que me hizo ponerme alerta. Saqué dos estacas, una en cada mano, comprobé que el collar de “Oso” estaba firmemente sujeto al cuello, y con el puño empujé lentamente la puerta. Esta chirrió largamente al abrirse, haciendo más lúgubre aún la oscuridad que me encontré en el interior.
En la salita de entrada encontré la bolsa que el doctor solía llevar en sus “excursiones” nocturnas, tirada en el suelo, con la mitad de su contenido esparcido por el mismo. El gran espejo que presidía la sala estaba roto, y a sus pies, también hecho añicos estaban los restos de una silla de estilo victoriano. Unos metros más allá, yacía la capa del doctor, con abundantes manchas de sangre reciente.
Me temí lo peor. Todo había acabado. Le habían encontrado, y yo había llegado tarde. Sabía que no pasaría mucho tiempo antes de que todo el pueblo fuera convertido. Sin Cazadores estábamos perdidos, y la única escapatoria era huir del pueblo antes de que ellos llegasen. Ya me disponía a abandonar la casa cuando oí un quejido que provenía de la habitación anexa.
La duda me asaltó. Todavía estaba a tiempo de llegar a casa, recoger mis cosas y huir de Besekalvania; pero… a lo mejor era el doctor que estaba malherido, y tenía que ayudarle. Claro, que también podía ser alguno de los agresores. Entonces me acordé de ellos. ¿Qué habrían hecho Caedes, charlie, Randast? ¿Se habrían ido sin ver que se escondía tras la puerta? No creo.
Con energías renovadas, entré de golpe en la habitación. Allí no había nadie… no, espera, sí que había alguien, una figura pequeña estaba echada sobre un amplio sofá, con el cuerpo parcialmente cubierto de sangre. Al acercarme reconocí la figura del doctor, pero ahora no parecía fuerte y temible, sino débil e indefenso.
Tenía que salir de allí, estaba perdiendo un tiempo precioso para huir del pueblo; no se podía hacer nada ya por el doctor… cuando volví a oír el quejido. Provenía de ese cuerpo pequeño sobre el sofá… ¡estaba vivo!
“¡Doctor, doctor, se encuentra usted bien!”
No articulaba palabra, así que rápidamente lo enderecé sobre el sofá y abrí su camisa en busca de las heridas que seguro tenía, pero allí no había nada más que cicatrices antiguas. Entonces… ¿qué es lo que pasaba?
“He cometido un terrible error”, dijo con un hilo de voz.
“¿Qué pasa, doctor? ¿Qué es lo que ha hecho?”
“Un terrible error…”
“¿De qué me habla?, si no me dice algo más no podré ayudarle”
“Como no lo he podido ver. Ningún vampiro se expondría así, y ningún vampiro sabe manejar tan bien la estaca.”
Temiéndome lo peor pregunté: “¿A quién ha matado usted, doctor? No lo habrá matado a él”
“Sí, me temo que sí. Pero es que todo indicaba que ppglaf se había convertido en vampiro, y sin embargo era un…”
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“Bueno, doctor, sin duda el error ha sido grande, pero tiene que reponerse. Tenemos que proteger a alguien, y estamos perdiendo un tiempo precioso”
“No puedo, lo siento, no puedo”, dijo entre sollozos.
Nunca había visto tan hundido a alguien a quién admiraba. Estaba completamente demacrado, y las ojeras se le acentuaban más debido a las lágrimas que salían de sus ojos. No podía permitirlo, pero… ¿qué hacer? Entonces oímos el tercer grito de la noche.
“Siguen los ataques. Tenemos que evitarlos. Todavía estamos a tiempo de llegar a la casa de nuestro vecino y protegerle”. “¡Reaccione, doctor, reaccione!”, grité mientras le zarandeaba.
Parecía que mis palabras habían surtido algo de efecto, pero esta noche el doctor era una sombra de si mismo. A pesar de eso, le ayudé a recoger sus útiles que estaban esparcidos por la sala de entrada, y juntos salimos a la calle para dirigirnos a aquella casa.
“Gracias por venir, he oído los tres gritos de esta noche y tengo mucho miedo. Vienen a por mi, lo presiento”, dijo con la voz temblorosa, pero entonces se fijó en el estado lamentable del doctor y pregunto “¿Está usted bien?”
Rápidamente respondí: “Sí, sólo se encuentra un poco indispuesto esta noche, por lo que tendremos que ayudarle más que de costumbre”.
“Ya vienen”, dijo el doctor que hasta entonces había estado callado.
“Pero… no tenemos tiempo para desplegar las protecciones. ¿Qué hacemos, doctor?”
Ante el peligro que se avecinaba pareció que el doctor comenzaba a reaccionar y en seguida nos mandó tareas: cerrar con llave las puertas, clavar tablones en las ventanas, untar de ajo cualquier resquicio que pudiera quedar, etc. Además, repartió entre los tres unas botellas de agua bendita que había traído de casa de Klyon y dispuso estacas en sitios accesibles de la casa.
El ataque no se hizo esperar. Dos vampiros intentaban entrar en la casa por las ventanas del piso de arriba, pero no lo consiguieron. Las tablas fuertemente clavadas y el extraño ungüento con que las había cubierto el doctor las hacían terreno vedado para los vampiros. Más fácil lo tuvieron en el piso inferior donde sólo un poco de ajo protegía las puertas y ventanas.
En seguida consiguieron acceder al interior, por la ventana de la cocina, y allí libramos una batalla desesperada por sobrevivir. Ellos eran grandes y temibles, nosotros débiles y pequeños. No sé cuanto duró, ni cómo pudimos salir de aquella; sólo sé que no dejaba de lanzarles cosas (eso que el agua bendita se acabó en seguida) y de clavar estacas a diestro y siniestro, aunque pocas daban en el objetivo. La cuestión es que cuando terminó los vampiros habían conseguido huir y nosotros tres estábamos cubiertos de sangre y harina a partes iguales, pero con vida.
…
Otra noche había pasado y al menos habíamos conseguido salvar a uno de nuestros vecinos.
JUGADORES VIVOS (11):
Alzarot
Anaskela
Olpusa10
Pako
Fredovic
zeefres
Herdaredívor
AROdecebolla
austercita
Zoroastro
Pablete
JUGADORES MUERTOS (14):
manub - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
Cauchemar - Immanuel Hildesheim - Aliado de los vampiros (muerto por estaca)
Caedes - Van Helsing - Cazador (linchado injustamente por el pueblo)
mercastan - Vampiro (¿linchado? por el pueblo, pero muerto, bien muerto)
Aren – Conde Drácula (muerto por estaca)
Irving el navegante - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
El_empalador - Ciudadano (muerto por estaca)
Dajial - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
horak - Ciudadano (muerto por estaca)
Randast (Pedro Soto) - Lord Godalming - Cazador (muerto por ataques vampíricos varios)
charlie - Mina Harker - Cazador (linchado ¿justamente? por el pueblo)
Klyon - Ciudadano (muerto por estaca antes de completar su transformación)
LtGoose - Vampiro (linchado por el pueblo)
ppglaf - Jonathan Harker - Aliado (muerto por estaca)
Lo que habéis quedado en llamar "Las reglas (http://www.labsk.net/index.php?topic=10529.msg113657#msg113657)". Pero recordar que no explican todo, o lo explican a medias, así que en caso de duda preguntar por privado.
Las votaciones se han abierto. Se cerrarán el miércoles , porque hay gente que se va de puente el jueves (esperemos poder abrir el día 9 ese mismo miércoles). Así que tenéis esta noche, mañana y la mañana de pasado, que sois sólo once.
Ciao
P.D./ Espero que esta vez Klyon esté sólo en la lista de los muertos.
TARDE 8
Una muerte anunciada
Hacía tiempo que la muerte de Fredovic había sido anunciada, y todos esperábamos el día en que esto pasara, seguro que él también lo esperaba. Todo era cuestión de tiempo. Podía haber sido esta noche, o mañana a más tardar, pero Fredovic murió hoy.
No sé en que momento se torció el rumbo de Besekalvania. Tal vez el linchamiento de Caedes, el primer Cazador, fue el detonante, o el de nuestro Juez de paz, porque sí, también linchamos a nuestro Juez de paz. Pero en cualquier caso sabía que por el día todo estaba perdido, los vecinos besekalvanos no atienden a razones, son cabezones, se guían por odios personales y tienen envenenada la mente con las zalameras palabras de los vampiros. Desde hace muchos días sólo teníamos la noche para intentar detener esta plaga, y el doctor no ha estado muy fino desde lo del Conde.
Fredovic era de esos ciudadanos de ideas fijas y eso le llevó a la perdición. Sus votaciones en los días previos sin duda eran propias del Señor de las Tinieblas: el primer día colaboró al linchamiento de nuestro vecino más anciano manub, luego sacrificó a mercastan, para iniciar a continuación una campaña sin precedentes contra charlie excusándose en que participaba poco (no es que participara poco, es que intentaba pasar desapercibido). Ningún ciudadano de bien habría sido tan loco como para votar tantos días a la misma persona sabiendo que podía estar señalando a un aliado, o lo que es peor, a un Cazador. Sólo alguien muy imprudente, o alguien con algún objetivo oculto habría seguido esta táctica. Estaba claro que Fredovic era o lo uno o lo otro, o incluso tal vez ambas cosas.
…
Al atardecer, Gobernador y alguacil fueron a buscarlo a su domicilio. El Gobernador nunca se encargaba de este trabajo, pero nadie había querido ocupar el puesto del alguacil asesinado la tarde previa por LtGoose, y era mejor ir acompañado. Al llegar, mucha gente estaba agolpada ya en las puertas esperando morbosamente el desenlace de la tarde. Algunos parece que disfrutaban, aunque disimilaban silbando como pajarillos. Otros simplemente estaban expectantes.
El Gobernador golpeó tres veces la puerta, pero nadie respondió. Al ir a golpearla de nuevo, ésta se abrió parcialmente, chirriando sobre sus goznes. Con cuidado la abrieron por completo y miraron al interior. La sala de entrada estaba cubierta de pequeños cristales muy brillantes, había diversos muebles rotos y multitud de objetos esparcidos por doquier. Entraron con todos los sentidos alerta buscando al condenado. El silencio total en la calle hizo si quiera más terrorífica la casa. En una habitación anexa lo encontraron, tirado en el suelo.
Su estado era realmente lamentable, muy delgado, pálido, ojeroso y con la ropa cubierta de sangre. Si no fuera porque aún respiraba se podría decir que estaba prácticamente muerto. El Gobernador le tomó el pulso… era muy débil.
“Este hombre tiene que ver a un médico”, dijo.
“No quedan médicos en Besekalvania, o si quedan prefieren pasar desapercibidos”, respondió el alguacil. “Podría llamar al veterinario”
“Sí, hágalo”
El alguacil salió de la casa a toda prisa. La multitud le preguntaba a su paso, pero el sólo indicó que Fredovic estaba moribundo. La inquietud fue en aumento, pero nadie se atrevía a entrar.
Dentro, el Gobernador le desabrochó los botones de la camisa con la intención de comprobar el estado de sus heridas. Al hacerlo se encontró algo que sin duda preferiría no haber visto. Cuatro pequeñas heridas, casi circulares, se localizaban en la base de su cuello, parejas dos a dos. Sin duda se trataba de un vampiro, pero… no tenía signos de tranformación.
“Gobernador…”, balbuceo.
El Gobernador no sabía si acercarse a él o salir corriendo. Sabía por la experiencia de la tarde previa que los vampiros eran seres listos, ágiles y fuertes, que nunca se les debía de dar la espalda, y que basaban gran parte de su poder en el engaño; y no iba a permitir que lo engañara.
“Gobernador… lo siento”
“¿Qué es lo que siente, asqueroso vampiro?”
“Lo siento, no quería hacer daño a nuestros vecinos, y ahora estoy pagando por ello…”
“Poco estás pagando por todo lo que tú y los tuyos habéis hecho a Besekalvania”, respondió el Gobernador alejándose un poco más de aquel cuerpo moribundo.
“Me queda poco tiempo, se lo explico todo en aquella nota…”, dijo señalando hacia un escritorio.
El Gobernador miró de reojo al escritorio, sin perder de vista a Fredovic y efectivamente localizó la nota a la que éste hacía mención.
“Lo siento…”
Y eso fue lo último que dijo Fredovic.
Al minuto llegó el alguacil con el veterinario, pero ya nada podían hacer. Fredovic había muerto a causa de las numerosas heridas y de las dos mordeduras del cuello. El veterinario se agachó intrigado mirando las incisiones en el cuello, como tantas veces lo había hecho antes, sólo que esta vez no eran vacas o caballos, era un ser humando. Mientras el Gobernador se acercó al escritorio, cogió la nota y la abrió para leerla. Allí se quedó con los ojos fijos en ella. Al cabo de un minuto, el alguacil preguntó:
“¿Qué es lo que pone, señor?”
El Gobernador pareció reaccionar y entonces giró la nota hacia donde se encontraban el alguacil y el veterinario. No les hizo falta acercarse, cualquiera se habría dado cuenta ya…
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Así murió Fredovic el último de nuestros héroes, y con él murió la esperanza en Besekalvania.
JUGADORES VIVOS (10):
Alzarot
Anaskela
Olpusa10
Pako
zeefres
Herdaredívor
AROdecebolla
austercita
Zoroastro
Pablete
JUGADORES MUERTOS (15):
manub - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
Cauchemar - Immanuel Hildesheim - Aliado de los vampiros (muerto por estaca)
Caedes - Van Helsing - Cazador (linchado injustamente por el pueblo)
mercastan - Vampiro (¿linchado? por el pueblo, pero muerto, bien muerto)
Aren – Conde Drácula (muerto por estaca)
Irving el navegante - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
El_empalador - Ciudadano (muerto por estaca)
Dajial - Ciudadano (linchado injustamente por el pueblo)
horak - Ciudadano (muerto por estaca)
Randast (Pedro Soto) - Lord Godalming - Cazador (muerto por ataques vampíricos varios)
charlie - Mina Harker - Cazador (linchado ¿justamente? por el pueblo)
Klyon - Ciudadano (muerto por estaca antes de completar su transformación)
LtGoose - Vampiro (linchado por el pueblo)
ppglaf - Jonathan Harker - Aliado (muerto por estaca)
Fredovic - Dr. Seward - Cazador (¿linchado? por el pueblo)
FIN DE LA PARTIDA
Victoria de…
Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Os pediría por favor a todos que no reveléis el rol todavía. Seguir haciendo vuestro papel, porque quiero hacer un último juego. Una encuesta en la que pueden participar todos (jugadores, ex-jugadores y cualquier Besekero que haya seguido la partida, excepto la propia Novia, Aren y Cauchemar) y que consiste en buscar a los vampiros que quedan y en especial a la Novia de Drácula. A ver cómo ibais de encaminados.
Abriré un nuevo tema con el final de la partida donde pondré además la encuesta. Si os parece bien, la cerramos la encuesta mañana y comentamos en ese mismo tema lo que queráis, ¿ok? Y ya me podréis poner a parir.
Ciao