He jugado un par de partidas este fin de semana.
Es un juego abstracto con reglas sencillas y gatitos, pero no os dejéis engañar, no es nada familiar ni para sacar casualmente. Las tres primeras losetas las pones con alegría, pero luego ves que no es tan sencillo como pensabas, que los objetivos no se cumplen solos, y que la dualidad color/patrón es un quemacerebros interesante.
A mí si me parece un juego amigable. Tienes tres formas de conseguir puntos, y lo ideal es que te vayas adaptando a cada una de ellas. Ayer mi hijo me hizo casi 70 puntos variando constantemente su estrategia. Lo bueno es que como bien dices y si quieres, las losetas se pueden colocar sin ningún tipo de restricción, lo que hace que al final pueda jugar casi cualquiera. A mí me está gustando muuuucho.