Desde luego parece fortuito, eso sí se come un patadón considerable.
En un deporte como el rugby siempre se pueden dar situaciones como está, pero lo más relevante de las imágenes para mí es que ninguno de los jugadores, de ninguno de los equipos dicen ni pío, ni al árbitro que lo primero que hace es proteger al lesionado, ni al jugador que golpeado.
Parece que todos aceptan la jugada como fortuita y aceptan la decisión arbitral que venga después.
Lostrikis me decía un día un amigo que jugó en la universidad que antes los médicos que reconocían a los jugadores en el campo eran los del equipo contrarío y de esa forma se evitaban falsas lesiones para provocar cambios ¿es cierto?
Un saludo.