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Temas - Casiveyaunos

en: 26 de Mayo de 2012, 12:54:30 1 KIOSKO / Reseñas escritas / FIEF (1981) (Reseña)

Muy buenas:

Como parece que se está haciendo referencia en algún post a un "antiguo Fief" , me gustaría hacer un breve comentario sin que acaso llegue a la categoría de reseña, pues me acabo de lanzar a hablar de un juego por primera vez y no sé como va a salir esto  :P, pero en fín:

FIEF (1981):



Fief - que significa Feudo- es un juego de tablero sencillo y con constante intercambio de "tortas" para entre 2 y 5 jugadores  que puede hacer las delicias de los amantes del "puteo intenso y alevoso" >:(  tanto de jugones como de no jugones.  Yo diría que es un  wargame sin dudarlo , pero no de tipo -digamos- serio ni táctico ni estratégico ni na´, sino de darse leches por el mero gusto de dárselas con la disputa de unos territorios como excusa para pasarlo bien y darse de cachetás. También tiene una pequeña base económica de recursos, pero muy pequeña.  Editado en 1981 por la extinta editora International Team (creo que era una casa italiana de esa época en la que algunos éramos todavía chavales y  El Corte Inglés vendía todavía juegos "especializados"  :o) Recrea un territorio de la Francia medieval dividido en feudos y obispados pretendiendo reproducir las continuas luchas de un señor feudal contra otro en base a territorios, medios de producción, mayoría de caballeros, nombramiento de obispos o cardenales, nombramiento de rey y , por supuesto, el ejército más bestia, todo ello conducido por un mazo de cartas ( sí, un CDG en los años 80  ;D ) que permiten lanzar -digamos- "adversidades" a alguno de los otros contendientes, las cuales pueden ser contrarrestadas  en algunos o muchos casos por otras tantas cartas de "respuesta o reacción" a modo de antídoto contra la malvada acción de alguno de tus más recalcitratantes adversarios  :-X. Intentaré desarrollar un poco cómo interactúan todos estos elementos:




  

Cada jugador comienza con un mismo numero de fichitas de ejércitos y se le asigna un territorio inicial y cierta cantidad de dinero. El objetivo de cada jugador es llegar a dominar un número de territorios en calidad de "feudos controlados" ( lo veremos después) que varía según el número de jugadores. Con el dinero se pueden comprar "medios de producción". Bueno el término le viene grande porque, o compras una prensa, o compras un molino, no hay más. Esos "medios de producción" te van a dar dinero en cada turno para comprar más prensas o molinos, o más soldados hasta un límite. Lo del límite lo digo sobre todo por las prensas y los molinos, que son muy limitados y es uno de los muchos motivos para pelearse. (también puedes comprar un castillo para reforzar la defensa de tus soldados en una ciudad)

El tablero está dividido por líneas de rayas que dividen los feudos y líneas de puntos gruesos que dividen los obispados. El primer objetivo puede ser mover tropas para conquistar los pueblecitos de alrededor y llegar así a constituir tu propio feudo. Claro que existe un pequeño problema: para mover tropas hace falta que en las cartas que se cogen boca abajo cada turno te toque algún caballero. Mientras no te toque al menos un caballero, no puedes mover ningún grupo de tropas, con lo que si no tienes suerte te vas a cabrear viendo como empiezan a conquistarte tu territorio natural. Cuando por fin te salgan, las leches las darás tú. Pero en esas cartas que se cogen boca abajo todos los turnos también aparecen acciones para boicotear los movimientos de los adversarios, lanzarles "hambre", enfermedades, desórdenes, tormentas, asesinatos de caballeros y otras tantas para conjurar tanto ataque. Con lo que- insisto- la interacción es total y bastante descacharrante o desquiciante, según cada cual :P

Conforme conquistas pueblecitos, si dominas todos los de un territorio natural de los delimitados por rayitas, entonces tienes un feudo y ya no tienes que dejar tropas obligatoriamente para recordar que es tuyo y los aldeanos se defienden un poquillo si te lo atacan. Cuando tienes al menos un feudo, puedes nombrar a uno de tus caballeros conde o duque en función de la extensión del mismo, lo que da derecho a cobrar una renta extra en dinero cada vez que te salga la carta correspondiente de cobro. Cuando conquistas pueblos equivalentes a un territorio delimitado por puntos, entonces dominas un obispado, puedes ordenar a un caballero tuyo "obispo" y cobrar así el "diezmo" del obispado con la carta correspondiente. El obispo no puede dirigir tropas, pero tiene este beneficio descrito. Luego, puedes coronar a uno de tus caballeros "rey" cuyo privilegio es poder cobrar el "impuesto real" , pero para ellos necesitas mayoría de votos de los caballeros "vivos" del juego y la bendición de dos obispos o de un cardenal. Tú puedes crear "cardenal" a cualquiera de tus obispos, pero cesaría en su condición de obispo, dejando de cobrar el diezmo de su obispado. Por supuesto, puedes "comprar" el voto de cualquier jugador si acepta, tanto de sus caballeros como de sus obispos o cardenales. Aquí todo es negociable y es otro de los alicientes del juego, creando constantemente acuerdos, contraacuerdos, alianzas, traiciones y todo tipo de ofertas y puñaladas traperas que se les ocurran a los jugadores. De hecho, como también hay una carta de asesinato, pues igual tú compras el voto de otro y éste luego va y te asesina o el de más allá; pero ojo que también hay carta de justicia y te puede salir cara la jugada. Puede recordar un poco a otro venerable como Machiavelli, pero éste es mucho más sencillo y dinámico.

En definitiva, un juego sencillo para al menos 3 jugadores para que funcione, para todo aquel que quiera sentarse a la mesa de juego para "dar y recibir" sin mayores pretensiones que reírse un rato con una cierta ambientación medieval.




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