Pero en este caso, creo que una mano de cartas desastrosa penaliza muchisimo mas al Romano que al jugador Galo y ese es el problema último del juego. Si el romano tiene un mal turno es muy muy dificil remontar, si tiene dos es imposible. En cambio si el Galo tiene un mal turno el Romano no va a despegar en puntos.
Esta es una de las claves fundamentales. Hay un par de eventos galos que son directamente delirantes de lo potentes que son. Pero por desgracia hay más problemas…
Si el romano tiene mala suerte en las tiradas de asedio y comienza a perder legiones, es muy difícil contener al galo en los turnos 5-6. Aparte que se complican aún más las tiradas siguientes. Hace mucho que no lo juego, pero en cuanto el romano tenía 3-4 legiones tocadas la cosa se ponía muy cruda.
Y esto conecta con el otro gran problema, que es el gran poder que puede llegar a tener el galo en el último turno si sabe maniobrar bien con Vercingetorix. Comienza a colocar marcadores de zona arrasada a la vez que penetra en la zona romana y puede dejar al romano con menos de 3 VPs ese turno, lo cual es victoria automática gala. Lo viví y sufrí en su día en más de una ocasión.