...Yo muchas veces no juego para ganar, si un movimiento por ejemplo hace que la partida esté más disputada, pues a veces lo hago. Solo por el simple hecho de ver lo que pasa. Me gusta experimentar y descubrir cosas nuevas. Y sobre todo, intentar ir a desmontar o romper el juego. Ver por donde peta.
Eso lo hago mucho y, aunque pierda, es con lo que más disfruto un juego. Cuando haces tu jugada y alguien te dice: "¿Pero qué haces?" y puedes responder con una sonrisa y un tono sereno un: "liarla... ale, te toca".
Creo que ya lo he dicho en este mismo hilo. No entiendo porque se exige que todo juego cree una mecánica nueva y exclusiva si luego no aporta nada en términos de sensaciones al ser sólo la mecánica lo que presenta. Yo creo que una buena mezcla de mecánicas conocidas pero bien conjuntadas puede aportar una experiencia lúdica más enriquecedora que una mecánica novedosa pero aislada.
Eso me está pasando desde que me he puesto a diseñar juegos. Es tremendamente complejo crear una mecánica nueva que aporte una buena experiencia de juego y que puedas prever que vaya a resultar divertida para los demás. Lo que sí me está funcionando es el proceso inverso, pensar qué tipo de juego querría jugar, o en qué tipo de ambientación o tema me querría sumergir con la partida. Partiendo de ahí, las mecánicas que hacen el juego fluido aparecen solas y se acoplan de manera natural. Sean nuevas o no.
Ésto va más encaminado a la filosofía del disfrute del juego por el juego y no del juego por la mecánica. En una partida de presentación de
Una Vida de Gatos hubo alguien que me dijo que le gustaba mucho la mecánica pero que eso de los gatos como que no, que si cambiaba el tema volvería a jugar, pero no con gatos. Ahí está el quid de todo, es la experiencia subjetiva y las expectativas de cada uno lo que hacen un juego bueno o malo para cada uno de nosotros.
Puede haber un juego que no aporte nada nuevo en cuanto a mecánicas, pero que en cuanto a tema y experiencia de juego te atrape y te haga pasar una tarde divertida y ese mismo juego le parezca un tostón a otra persona porque "esa mecánica es de tal juego y esa otra de tal otro y para eso ya tengo esos juegos en casa". Creo que cada persona en consonancia con el grupo de gente que se junte tiene su juego para cada momento o estado de ánimo y ahí está la magia de todo el asunto.
Con todo creo que no hay juegos malos o buenos sino experiencias buenas o malas.
pd: Eso sí, si las reglas están mal hechas, son incoherentes, contradictorias o como se suele decir, el juego está "roto", pues sí que diría que es un mal juego, pero se remite otra vez a la experiencia de juego.