Almería, doce de Abril de 2015, vencidas las últimas fuerzas propias y las de los demás amigos, las guerras sobre el tablero han terminado. Llega el momento de regresar y retomar la rutina diaria, eso sí mirando ya hacia las próximas Antebellum. Es momento de recapitular y hacer las crónicas. Aquí está la mía.
Viernes.-Salgo temprano con mi familia un año más hacia Almería. Con la bolsa cargada de juegos, ilusiones y ganas de reencontrarme con los amigos wargameros, en estas nuestras jornadas. "We few, we happy few, we band of brothers"
Por la mañana, mientras mi mujer se encarga del registro en el Hotel (yo no puedo resistir) bajo al Salón y me reencuentro con los participantes de años anteriores. Se juega a la Batalla de los Cinco Ejercitos, se prepara el Virgin Queen, se prepara el HIS, se combate en Waterloo, ... La mesa del fondo con infinidad de títulos de GMT, MMP, DEVIR, AH, Columbia,... expuestos para jugar. Me pellizco, he llegado al Paraiso del Grognard, XD.
A mediodía comida en un Restaurante, cafelito y vuelta al Salón del Hotel, donde entre otras, dos partidas se juegan paralelas, una al Here I Stand y la otra al Virgin Queen. En la del Here I Stand, jugamos una partida larga, después de 6 horas hemos concluido 3 turnos, la Alianza Franco Turca funciona bien, pero las potencias católicas comienzan a conspirar hasta que consiguen que Francisco I no renueve su alianza ni preste más sus flotas para el apoyo a los piratas de Barbarroja. El Protestante poco a poco convierte toda Alemania y tiene éxito en hacer caer en desgracia a dos teólogos católicos de valor 2. Después de comer esa noche, y regresar, al final del turno 4 cuando se juega automáticamente la Liga de Smalkalda, el protestante gana la partida al conseguir de esa forma 25 PV. A nuestra mesa llegaban ecos de la partida del Virgin Queen, la España de Yoyei II con el apoyo incondicional del Sacro Imperio estaba dominando la escena.
En otras mesas se juega al Lock and Load, al King Maker, Al Imperium Romanum II...
Mientras todos se van retirando, a pesar del cansancio del viaje, y de la partida de unas 7 horas al HIS, Julio Cesar y yo nos decidimos a jugar al Combat Commander Europa, partida que comenzamos cerca de las dos de la Mañana, y que se prolongó hasta casi las cinco. Una partida emocionante, correosa, al escenario 25.1 de la expansión de los paracaidistas, en la que hasta el último suspiro, el jugador alemán tuvo superioridad. Finalmente en el juego de las dos últimas cartas, el objetivo que decidía la partida, el 5 que daba 10 puntos, cayó en manos americanas y la partida terminó por muerte súbita. A nuestro lado un juego algo antiguo recreaba una situación de guerra nuclear, que terminó antes que nuestra escaramuza al Combat Commander Europe.
Sábado.-Después de un sustancioso desayuno bajo al Salón y me incorporo a la partida que Arensivia ha preparado a "The Devil's Cauldron". Me toca una división de Artillería Alemana en un borde del tablero en el que no hay mucha acción. La superioridad de los paracaidistas británicos era una pasada, y Pedrote hacía encaje de bolillos para intentar retrasar su avance hacia Arnhem. A las 19:00 horas del primer día comenzaron a llegar refuerzos alemanes y se veía que no iba a ser tan sencillo tomar "un puente muy lejano".
Por la tarde, Cheminsky y yo disfrutamos de una emocionante partida al TP Stalingrad. Después de una verdadera masacre de tropas soviéticas se produjo una ruptura del frente y las tropas de la Wehrmacht llegaron a la orilla del Volga, amenazando la llegada de los tan necesarios refuerzos rusos. Sin embargo, la reacción no tardó en llegar. Las tropas alemanas estaban exhaustas y el Oso Ruso contraatacó la línea de suministros Alemana hacia las tropas que habían llegado a sectores de la orilla del Volga. El Alemán en el ultimo día de la primera semana intentó recuperar la línea de suministro, no lo logró y la victoria se decantó del lado Soviético.
En otras mesas vi jugar al Fire in the Sky, Crown of Roses, al Pursuit of Glory, al Reluctant Enemies, entre otros.
Esa noche del sábado se celebró la tradicional cena wargamera en la pizzería Bocca. Las conversaciones sobre juegos, sobre historia, sobre batallas, etc. etc. se sucedieron mientras disfrutábamos de la comida. Warrafael se encargó de entregar a nuestro Santi, alma mater de las Antebellum una muestra de reconocimiento, una tarjeta con mensajes de los participantes, y le entregó un juego, El No Retreat 2 de GMT.
Esa noche fui baja por agotamiento, tras terminar la partida al TP Stalingrado, no me quedé a cerrar el Salón como la noche anterior. Eso sí, propongo que el incombustible Julio Cesar se encargue de las llaves el año que viene, siempre el primero en llegar y el último en marcharse.
Domingo.-Por la mañana después del desayuno, un grupo de wargameros nos dirijimos a la entrada de los Refugios de la Guerra Civil de Almería. Primero nos tomamos un extraño café americano, que estaba muy bueno. La visita nos gustó a todos, pues una cosa es jugar a la guerra sobre tablero, y otra es una guerra de verdad. En las paredes de los más de 4,5 kms de Galerías de los refugios se refleja el horror de la guerra, en forma de dibujos e inscripciones sobre el hormigón entonces fresco de las paredes, utilizadas como refugio mientras estaban construyéndose. Impresionan las de los niños, que dibujaban aviones de guerra y escenas del bombardeo de la ciudad.
A la vuelta, algunos participantes se han marchado ya, otros permanecen para echarse las últimas partidas.
Vamos a comer, y no veas qué conversación en la mesa más interesante con Humbert.
Mi última partida, fue al Rommel in the Desert. Rommel se encontró con una línea de Gazala algo retrasada y fijó el grueso de las tropas Británicas y Australianas en la zona de Tobruk con una serie de escaramuzas. Finalmente consiguió embolsarlas, lo que llevó a la rendición de los Británicos.
Llegaba la hora de las despedidas y de decirnos hasta las próximas Antebellum, y así quiero terminar mi crónica con un hasta pronto, y como muy tarde hasta las próximas Antebellum.