Buenas, tras leer el hilo, como coleccionista, me siento aludido en varias ocasiones, y por ello voy a dar mi punto de vista.
Como bien ha ejemplificado alguna persona, coleccionar juegos de mesa no se diferencia en nada de coleccionar sellos, monedas, latas de cerveza o abanicos. Cuando una persona colecciona, lo que para otros es el
medio, para el coleccionista es el
fin.
Me explico.
Cuando alguien no-coleccionista se compra un juego, pasa a poseerlo (el medio) y lo hace para jugarlo (el fin). Por tanto, no jugarlo es absurdo porque su fin al adquirirlo era ése. Sin embargo, cuando alguien colecciona algo, el
medio se convierte en el fin, y el hecho de poseerlo es a su vez el
fin para el que lo hace.
Cuando un coleccionista de sellos compra un sello, no lo hace para enviarlo en una carta, cuando un coleccionista de monedas compra una moneda, no lo hace pasa gastarla comprando otra cosa...
En eso consiste el coleccionismo. Y concretando en mi caso (y que seguro que es aplicable a cualquier otra personas que los coleccione), cuando compro un juego lo hago porque el juego me gusta, disfruto simplemente teniendo el juego, viéndolo en colección, para mí son como pequeñas obras valorables en sí mismas, sin necesidad de usarlas. Pero eso no significa que no las quiera usar, al contrario, ojalá pudiera jugar a todos, pero sé que no es posible, por lo que muchos sé que moriré sin llegar a jugarlos. Pero habrán cumplido su función, y los habré disfrutado también, de otra forma, pero igualmente válida.
Y respecto al tema, yo tengo muchos sin desprecintar, porque sólo los abría cuando los iba a usar, ya que precintados se conservan mejor. Pero con el tiempo he visto que eso es un error, porque es cierto que se conservan mejor, pero ya me he encontrado en varias ocasiones juegos que al abrirlos, están defectuosos o les faltaban algunos componentes (así que recuerde, tengo un Twilight Struggle de GMT que me vino sin instrucciones). Por ello, desde hace algún tiempo, suelo abrir los juegos que me compro, aunque sea para comprobar el contenido. Sé que eso en parte lo devalúa de cara a la reventa, pero en mi caso, no tengo intención de revenderlos salvo que no tuviera más opción.
Por otro lado, también me ha pasado que he comprado juegos que me han gustado tras haberlos jugado con la copia de algún amigo, por lo que me lo pillo, pero seguimos jugando con su copia, por lo que no me resulta necesario abrir la mía.
Por último, sólo comentar que si no fuera por el coleccionismo, posiblemente no tendríamos muchos de los museos, exposiciones y bibliotecas actuales que se han nutrido de colecciones personales...