A mí me preocupa lo que falte y lo que me rompan.Yo le paso a cada jugador, un enlace a una hoja de cálculo en Google Docs, donde deben anotar las entradas y salidas de componentes en su parte de la mesa o tablero personal. Al final de la partida, totalizo y comparo si alguno se ha quedado con algo. Casi siempre les registro los bolsillos en busca de vegemeeples o cubitos, y estoy entrenando unos hurones para que me ayuden en la tarea. Si el juego tiene cartas, antes de empezar les tomo las huellas dactilares para compararlas por si dejan marcas durante la partida. Mi próximo proyecto es montar la partida tras una mampara de cristal, como las de los bares.
Cuento componentes cuando compro el juego, para evitar erratas o cosas raras, que ya me han pasado. Después solo lo juego, con cuidado, pero sin paranoia... Yo no vuelvo a contar nada a no ser que lo vaya a vender, entonces si lo compruebo antes de venderlo para asegurarme de que no falten piezas.
Los cuento al abrir por primera vez. Ultimamente he optado por marcar las bolsas con tipo y cantidad de componentes. Al final de la partida cada jugador cuenta y guarda sus propios componentes viendo la bolsa y sin acudir al manual. Y lo mismo para los componentes generales. Algo así: Orleans, Runebound y Triumph & Tragedy