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JC Denton

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AAR. For the people. Escenario 1861.
« en: 26 de Agosto de 2020, 22:04:19 »
AAR For the people. Escenario año 1861.

Aviso que la redacción se va a hacer con un tono jocoso, o por lo menos pretendidamente desde el punto de vista del confederado, por lo que puede haber comentarios que actualmente se consideren políticamente incorrectos pero que casan perfectamente con el espíritu de los ideales defendidos en esta guerra, si

Primavera.

La Unión, en un movimiento rápido extendió sus mentiras por St. Johsef y Lexington en Misuri y con Franklin y Lewisburg en Virginia, no obstante que unos cuantos campesinos se equivoquen no nos podría importa menos, más cuando el aguerrido y valeroso general A. Johnsson, en un golpe de mano solo a la altura de un genio militar, cual Anibal, estacionado en Dover decide que el río Misisipi solo puede ser Confederado y se hizo con Cairo mientras los unionistas, en una desbandada que solo podía recordar a los niños perseguidos por una madre zapatilla en alto, pierden una división por una de nuestras formidables e irrepetibles tropas, requiescat in pace división de héroes.

Verano.

Los rigores del tiempo no hacen mella en los propositos combativos de nuestras tropas para llegar al objetivo y misión de todo hombre blanco, el de tener bajo control los instintos primitivos de aquellos semihombres o todo aquel que atente contra la libertad natural que proviene del derecho divino de tener sus esclavos negros y poder hacer con ellos lo que crea conveniente. Durante este verano, mientras veía a mis esclavos recoger los copos de algodón como nieve en las pocas ocasiones que el servicio la permitía, pude ver estos fragmentos solo posibles en boca de un ser inferior el segundo y el primero en alguien que por su sangre corre la degeneración de la raza, esa que extirparemos con nuestra justa causa.

“Creo que la experiencia de todos los tiempos y naciones demuestra que el trabajo de ls esclavos, aunque parece costar solo su manutención, es en última instancia el más caro de todos. Una persona que n puede adquirir propiedad alguna no puede tener otro interés que comer el máximo posible y trabajar el mínimo. Es solo mediante la violencia, y nunca por su propio interés, que se puede extraer de esa perosna un esfuerzo superior al suficiente para comprar su propia manutención. […] Y los beneficios de una plantación de tabaco, aunque menores que los del azúcar, son mayores que los del cereal como ya ha sido apuntado. Ambos casos pueden soportar los costes del cultivo con esclavos […]   Un esclavo […] que nada puede adquirir salvo su manutención, atiende a su propia comodidad y ahce que la tierra produzca el mínimo posible sobre dcha manutención. Esta suerte de servidumbre llegó finalmente a ser un completo fastidio (sic)”1

“La tesis de Capitalismo y esclavitud es, pues, una tesis radical. En la misma medida en que presenta crudamente el violento nacimiento del capitalismo muestra el lazo indisociable entre la esclavitud y los prime-ros procesos de acumulación en las dos orillas del Atlántico. Del mismo modo, a la luz de su lectura, la abolición de la trata y de la esclavitud en Gran Bretaña parece menos la obra de los lores anti-abolicionistas ingleses, que de los costes, crecientemente inasumibles, que suponía el monopolio del azúcar de las Antillas británicas frente a los nuevos inte-reses de los capitalistas industriales”2

Este, y el anterior, dos listos, nuestra justa cruzada les demostrará con sangre y acero lo equivocados que están.

Como decía, el verano se presentó con renovados humores, el general Smith se dirigió a Richmond para intentar apoyar a Bragg en la capital que estaba amenazada de forma vil por unos reclutas que a penas podían sostener el fusil que se hacian llamar muy grandilocuentemente el Ejército del Potomac. Reforzamos algunos puertos, fundamental el de Nueva Orleans para el control del Misisipi, aunque los timoratos unionistas ni siquiera se atrevieron a acercarse, pero no adelantemos.

El valiente general Polk ha acumulado fuerzas en Memphis para ver si en un futuro pudiera actuar junto con la caballería de Stuart que estaba en Dover y el fuerte de el Cairo controlado ferreamente por A. Johnston en sus fuertes y tener el Misisipi más que bajo control.

Price, apodado el indómito, con una sola división se había apoderado de algunas ciudades de Misuri y por ahí seguiría dando quebraderos de cabeza a los autoritarios unionistas.

Hablando del demonio estos recibieron sorprendentemente muchos refuerzos en San Luis y el Ejército del Potomac. En Cincinnati, según nuestra inestimable inteligencia, nos ha comunicado que por la acumulación de tropas es más que posible que en un futuro intenten formar un ejército, habrá que evitarlo. Algunos de nuestros mandos estaban preocupados por la gran acumulación de tropas del Ejército del Potomac pero según los partes que nos llegan sus mandos son realmente malos y más políticos meapilas que militares aguerridos y se escuchan rumores de que pueden tener durante esta estación problemas para adiestrarlos y moverlos.

Después de las primeras semanas del verano el Ejército del Potomac se mueve y en una acción que haría avergonzar a cualquier madre de haber tenido un hijo se avalanzan contra Bragg que defendía el terreno solo con dos divisiones, en un combate tan cobarde y rastrero Bragg aguantó como Grant con un buen pedal y consiguió eliminar a una división entera, él solo perdió una pero viendo que en algunas ocasiones en la guerra los valientes son los que esperan que las condiciones de batalla le sean propicias, en una ordenada e increible retirada llega hasta los cuarteles de Richmond para reforzar las defensas, avisar a las tropas de la capital y esperando a que Smith, que estaba cerca, en Weldon con 3 divisiones.

Una vez eliminado al bravo Bragg de su camino siguió su vergonzoso camino como buenamente pudo hasta que el inimitable y recordando J. Johnston pereció en singular combate contra una fuerza 10 veces superior, pero un hombre de su naturaleza, entereza y gallardía sin par enfrentó con la cabeza bien alta mirando a los ojos a la muerte sin miedo. Una vez J. Johnston con el creador que le tenga en su seno, el Ejército del Potomac sin oposición continuó su camino hasta sitiar Richmond, además durante esta estación tuvimos unos cuantos contratiempo en nuestras líneas de ferrocarriles, algunos informes decía que era debido a la dejadez en su mantenimiento y que antes de la guerra hubiera sido mejor pagar más dinero para su extensión y mantenimiento, ¡Malditos bastardos!, saboteadores negros es lo que pasa y un buen látigo y cadenas lo que se necesita, más impuestos, habrase visto semejante desfachatez. Lo cierto y verdad es que las tropas tuvieron unas semanas de imposibilidad de moverse a su debido ritmo.

La Unión siguió con su campaña falaz y capciosa entre los pueblerinos de Virginia hasta que la Virginia Occidental le rindió pleitesía como cualquier meretriz que viera un billete de 5$, me pareció claro que nuestra cruzada estaba más que justificada por la degeneración de la raza que se veía en el norte Dios mediante.

Mientras esto pasaba en el este, más en el oeste Misuri entiende cual es el destino manifiesto del hombre blanco de llevar la civilización a negros e indios y por ese motivo mientras los blancos los enseñan y corrigen de sus bárbaras costumbres tienen que aportar lo mínimo, su trabajo de sol a sol y su obediencia, además, por ello están más que bien retribuidos con comida, un techo y la salvación de su alma.

Nuestra cruzada claramente está calando internacionalmente y un número importante de mejicanos como para formar dos divisiones entran por Tejas. Claramente son infraseres pero primero el esfuerzo de guerra y ya cuando la bandera confederada vuele sobre las cabezas de todos los americanos de verdad ya les explicaremos sobre quien es el hombre superior y la misión profética del blanco.


Otoño.

Volviendo a casa una semana para ver acabar la cosecha del tabaco que este año se había alargado más de lo común quise leer a algún verdadero hombre y para no perder el tiempo decidí primero buscar alguna reseña de su obra, un tal John Locke  que decía que de algo sabía, así encontré lo siguiente:

“Locke en el Segundo tratado sobre el gobierno civil desarrolla largamente en varios capítulos su criterio sobre la esclavitud. Su argumentario parte del  concepto de estado de naturaleza, donde todos los hombres son iguales y libres, perteneciendo a todos en común la tierra y todas las criaturas inferiores que habitan en ella. Pero quien no cumpliera la ley natural quedaba desprovisto de estos derechos pasándose al estado de guerra, en que el enemigo podría ser muerto por ser peligroso para la comunidad; por todo ello, para superar el estado de guerra era necesario crear la sociedad civil o política donde un juez imparta justicia. Pero en la relación internacional ocurrirá que, al no existir un estado mundial, una nación cualquiera podría juzgar que otra le ha agredido, le odia o le ha tratado con injusticia, y como consecuencia, podría deducir que sobre esa otra nación se puede ejercer una guerra justa al ser considerada agresora, enemiga, fuera de la ley y del derecho. Es decir, si una comunidad juzga que el africano (o el amerindio o el campesino inglés desposeído), ha negado la ley natural, o se ha levantado en armas injustamente, o simplemente “me odia”, a partir de tal “juicio” dicho extraño pierde de inmediato todo derecho, y queda determinado como enemigo al que se le puede declarar una “guerra justa”. Si es vencido, y ahora todo depende de la tecnología militar, puro efecto de la “razón instrumental”, será definido “justamente” como esclavo o como súbdito colonial. Estaríamos, pues, en una situación de guerra permanente, donde el vencedor puede esclavizar al vencido e incautarse de sus bienes para resarcirse de las pérdidas ocasionadas en la guerra justa.

Un simple recorrido por la historia de la conquista de América del Norte puede mostrar que siempre el conquistador ejerció el “derecho de defensa” ante una “guerra injusta”, provocada por los indígenas originarios de esas tierras. En la extensa producción cinematográfica hollywoodense abundan ejemplos de la “pésima conducta” de los pueblos originarios y los “sacrificios” de los colonos en defensa de las “tierras apropiadas”, bajo la ley de la sociedad burguesa, proclamada por Locke. La taimada y ladina argumentación lockeana, produce una alteración sustancial de lo que ocurre en la realidad porque, en tanto por una parte se le confiere al pobre campesino indígena la condición de ser un violento, por la otra “el juez” tiene poder despótico sobre el vencido. En resumen, describe una situación de hecho para, a la postre, justificar el poder ejercido por el más fuerte militarmente sobre las masas campesinas, los amerindios, los africanos y demás pueblos insumisos, a quienes ha despojado previamente de todos sus derechos. Se trata, pues, de una argumentación tautológica en el sentido ético y político, que expresa la racionalidad misma de la “Razón Moderna” esclavista, colonialista e imperialista, basamento del comportamiento criminal de las metrópolis europeas hacia el mundo colonial y hacia la esclavitud en la Modernidad hasta el presente. Este discurso argumentativo del filósofo inglés, su Lógica Moderna, es clave para comprender razonamientos tan actuales como “la guerra preventiva”, el “Eje del Mal”, la existencia de “la amenaza terrorista”, que se contrapone con la “vocación democrática”, el “espíritu de servicio” para llevar la libertad, la democracia y los derechos humanos a los pueblos que viven bajo el “yugo islámico”, y el “sacrificio de vidas jóvenes” de las Fuerzas Armadas de los “países civilizados”.[…]

Las declamaciones en honor de la libertad de los liberales ingleses contra el monarca absoluto, o de los rebeldes de las colonias contra las instituciones inglesas, contrastan llamativamente con su condición de propietarios de esclavos. Resulta sorprendente descubrir que, además de Locke, Adam Smith, Tocqueville, Montesquieu, Bentham, Mandeville, Mill, Jefferson y Washington, los grandes defensores de la libertad, eran inequívocamente partidarios de la esclavitud y propietarios todos ellos de esclavos. Asimismo es muy sugerente que el estado norteamericano de Virginia, en el que estaba presente el cuarenta por ciento de los esclavos del país, fuera quien mayor número de protagonistas proporcionara a la revuelta en las colonias inglesas en Norteamérica. La Revolución americana fue protagonizada y usufructuada por una casta de propietarios agrarios cuya base económica era el trabajo esclavo, y en cuyas manos quedó el poder durante decenios: de los siete primeros presidentes de Estados Unidos (1789-1848) cuatro pertenecían al “clan virginiano” y cinco eran propietarios de esclavos, destacando Washington y Jefferson. John Calhoun, vicepresidente de los Estados Unidos de mediados del siglo XIX, remitiéndose a Locke, defendía de forma apasionada la libertad del individuo, los derechos de las minorías, atacaba el fanatismo, pero al mismo tiempo veía en la esclavitud “un bien positivo” al que la civilización no debería renunciar, apostillando que “George Washington era una de los nuestros, un propietario de esclavos y un dueño de plantaciones”. […]3

Hay el pequeño Calhoun, un gran hombre, todavía me acuerdo de esas tarde en su hacienda tomando julepes de menta mientras Brown tocaba el banjo para nosotros, debería comprárselo, ese nigga sabe lo que la buena música. Y Locke, no he tenido el gusto pero si se pudiera ser una gran amistad, mía y de mi familia, leyendo esto me sentía tan, pero tan feliz de estar del lado bueno de la historia, está claro que Dios quiere a América y a mí por hacerme blanco, americano, sureño, propietario y capitalista, viva la raza superior, viva América, viva la Confederación, viva el capitalismo, viva yo y no sigo que me pongo a llorar.

Ya entrando en la guerra nos llegaron informes de que Bragg no había conseguido llegar a Richmond  y con la misma proporción que J. Johnston, planteó una resistencia numantina, sea lo que sea que signifique eso, y con una diferencia de 10:1, como aquellos 300 de Leónidas, como los espartanos con los que todo sureño comparte su naturaleza superior, valerosa y aguerrida, esto permitió la llegada de Smith a la capital y Beauregard que se encontraban en ella plantan una resistencia de 6:1 que será recordada por lo siglos de los siglos convirtiendo en recuerdo a 3 divisiones en un claro milagro, será llamado, “el milagro de Richmond”, moralmente esto nos favoreció mucho como no podía ser de otra forma ver tan claramente la mano de Dios detrás de nuestras acciones. Viendo que no tenían nada que hacer contra la voluntad divina y sabiendo que sus débiles cerebros habían dejado su capital totalmente desprotegida por lo que entre lamentos y miedo emprendieron una penosísima retirada hasta dentro de la ciudad por el miedo a que verdaderos hombres les enseñaran a hacer la guerra.

En Nueva York, ya que ni siquiera ellos mismos son capaces de convencer a los suyos de defender sus degenerados valores alejados de toda moral cristiana viviendo en ciudades que haría palidecer a Sodoma y Gomorra, pues en ese ciudad en concreto esos seres no quieren ir al ejército, otra señal más de la podredumbre en la que estaba inmersa la Unión.

En el centro, en Tennessee, el recientemente formado Ejército de Tennessee el malo, incapaz de convencer con argumentos, como hacemos siempre los hombres de las razas superiores fue amedrantando a diferentes poblaciones para rendirlas si no por la fuerza de sus argumentos y de la calidad de sus tropas, sí por el número de corderos que iban disfrazados con su uniforme.

En frente, fuimos capaces de formas el glorioso Ejército de Tennessee el bueno, con hombres que se cambiaban los calzoncillos cada semana o dos como máximo4, los otros una vez en la vida, antes que vérselos llegar se los olía.
Freemont, uno de los autodenominados generales, según nuestra inteligencia se planteaba pasar el Misisipi para controlar Cairo pero si bien no tenía ninguna aptitud de mando, por lo demás le daba para  ser ligeramente consciente de sus múltiples limitaciones y entre dudas deshecha el plan, no optante, el ser un hombre que meaba sentado5 y por eso, para justificar su puesto, se dedicó a exparcir embustes por Kentucky, ¿a los pollos?.

Pasadas un par de semanas por fin Freemont se animó y manda a Burnside a atacar Nueva Madrid. Este,con una suerte solo comprensible para aquellos mongólicos para los que Dios no podía querer ningún mal, Stuart no consigue interceptarlo.

Por otra parte a nosotros nos vino muy bien que el patán de Lincolm al ir contra la naturaleza y la dignidad del hombre el anular el derecho de habeas corpus, esto provocó que algunos efectivos no muy convencidos se echaran al monte.
En el oeste estábamos todos ilusionados por las acciones del glorioso Ejército de Tennessee el bueno ya que un brillante movimiento producto claramente de la guía divina, hace una heróica marcha de Bowling Green que se convierte a nuestra causa los pocos que todavía no estaban convencidos, no obstante, fueron interceptados en Lebahon por el ejército de Tennessee el malo y aún en inferioridad de tropas fueron tablas ya que cada ejército perdió una división, después libremente el invicto Ejército de Tennessee el bueno se volvió a Bowling Green porque quiso y por tanto sin coacción alguna ya que el análisis de un movimiento puede parecer inteligible para las pobres mentes que tan lejos están de las alturas de nuestros generales y A. Johnston más que ninguno en este momento de la guerra.

El año de nuestro señor 1861 cerró con una clara victoria de la Confederación, Dios lo quiso y nosotros solo somos sus humildes siervos.

Conclusión como jugador.

Ya fuera de coñas, como confederado he sentido el juego muy apretado, las comunicaciones en la parte confederada por ferrocarril son malas, lo de los refuerzos es una locura, y cuesta Dios y ayuda crear un ejército y bueno, está claro que este juego no es apto para gente con un mínimo de AP porque te pueden dar ganas de tirarte por una ventana.

Como toma de contacto, que fue lo que hicimos, pues mereció mucho la pena y nos quedamos con ganas de más, es muy inmersivo pero lo dicho, con solo una partida, solo por el tema de refuerzos, que fueron 18 divisiones, el de los ríos, el control político y el control naval por mar, que no digo que sea históricamente incorrecto, hace que La Unión tenga la posibilidad de hacer casi en cualquier momento lo que quiera, en nuestro caso, La Unión tuvo muy mala mano de cartas pero ni por esas la Confederación tenía posibilidad de tomar ventaja debido a donde llegaban los refuerzos y las comunicaciones.

Por lo demás, un grandísimo juego, muy narrativo, muy temático, muy inmersivo aunque dominar las reglas cuesta un poco, aún así, seguiremos informando porque lo mejor que se puede decir de él es que queda con muchas ganas de más.

Después las morcillas históricas, fundamentalmente las citas las he metido debido a que el acercamiento a este juego me incitó a investigar sobre un hecho que no me cuadraba de la historiografía más generalista, esto es, la Guerra Civil de EEUU fue debido a la esclavitud, y en parte es verdad pero no cuadraba estar en contra de la esclavitud y que fue un estado segregacionista hasta los años 60, exactamente igual que Sudáfrica, ahora lo entiendo bastante mejor gracias a los padres de la legitimación ideológica del capitalismo como Adam Smith y John Locke, este en una fuente secundario con un muy interesante artículo y por eso esa copia de tanto texto, además del gran libro Capitalismo y esclavitud, obras que no he agotado y que preveo seguir investigando y profundizando en ellas.

Bibliografía ya que no lo escribí primigeniamente en Markdown, para la próxima ;D:
1. Smith Adam; La riqueza de las naciones (1776) capítulo 2. Del desaliento de la agricultura en la antigua Europa tras la caída del Imperio Romano.
2. https://www.traficantes.net/sites/default/files/pdfs/Capitalismo%20y%20esclavitud-TdS.pdf pagina 22 (última vez visto el 25 de agosto de 2020). Se puede descargar gratis y legalmente.
3. https://nabarralde.eus/john-locke-y-el-liberalismo-esclavista-primigenio/ (última vez visto el 25 de agosto de 2020.)
4. https://citas.in/autores/sabino-arana/ (última vez visto el 25-8-2020). Por cierto, esto del olor me lo recordó un comentario de Histocast sobre los ejércitos en la Edad Moderna, en realidad en el s.XIX por las condiciones de logística tampoco sería muy diferente, por más que nos hemos basado en la famosa frase de Arana por tener una base real, que en nuestra opinión siempre es más jocoso. Lo que no he hecho ha sido buscar la cita como la leí hace años la primera vez que contraponía que los españoles no se lavaban a que los vascos se cambiaban los calzones una vez por semana, todo un prodigio de limpieza, por otra parte común en la época, para ser sinceros. Además me cuadraba la cita ya que el texto está escrito desde la visión de un confederado, más o menos.
5. Otra referencia tomada de Histocast cuando hablaban del matrimonio de Isabel II con su primo, este comentario por lo que ellos dicen era muy utilizado en la época, la interpretación nos parece lo suficientemente clara como para no tener que explicitarla.