Pensando en este tema (no mucho tampoco os creáis...), y seguramente he debido comentar algo similar antes, realmente los verdaderos responsables finales somos nosotros.
Muy en desacuerdo. Prácticamente es echar la culpa a los engañados de haberse dejado engañar.
Si en la vida cotidiana descubrimos que un conocido nos miente, nos oculta información o tergiversa sus palabras por su propio interés egoista en contra de nuestro propio interés, no querremos tener más tratos con él. Depende de lo sibilina que sea la mentira, le llamaremos, mentiroso, manipulador, gorrón... pero todos tenemos claro que es algo malo.
De hecho los influencers tienen tanto éxito y efecto porque inicialmente, todos les damos el beneficio de la duda. Así que toda su manipulación inicial nos la cuelan muy fácilmente. Y darnos cuenta de lo que realmente pasa tarda tiempo, no resulta nada agradable y requiere un sentido crítico que no todo el mundo tiene. Porque han jugado con nuestras buenas intenciones, y las han aprovechado contra nosotros. Es algo feo.
La usuaria @lanena ha descrito muy bien el proceso por el que pasamos todos al descubrir que nos han engañado. No creo que ella sea especialmente ingenua, simplemente no va por la vida pensando que los demás puedan estar manipulándole. Lo normal y deseable.
Si aceptas que los influencers puedan manipularte como algo normal o deseable porque el responsable final es el espectador, ¿qué te queda? ¿No fiarte nunca de nadie ni de nada, estar de por vida paranoico con la guardia alta? Entiendo que es una situación difícil de evitar, pero no me convence lo de volverlo aceptable.