Mi mejor estrategia en el Catán es sentarme a jugar, y a los 10 minutos, fingir que suena el teléfono, levantarme de la mesa haciendo que hablo con alguien, y poner cara de lástima mientras anuncio compungido que tengo que ir al tanatorio, que ha muerto un ser querido...
Y una hora y media más de tostón que me ahorro, oiga !
Y ya más en serio, no me gusta nada el juego, pero de todas las partidas que llevo jugadas, reconozco que la mejor estrategia es ir picoteando un poco de todo: siempre hay algo que cambiar, y no serás víctima de «por qué teniendo un ocho y dos nueves, sólo salen putos cuatros», un curioso efecto que ocurre casualmente cada vez que te dejan coger buenas localizaciones para tus ciudades.