Un Patchwork unas horas antes de las campanadas, en Lisboa de vacaciones con la parienta. Gran partida en la que mi novia cada dos piezas colocadas, me pedía con cara de perrillo con hambre si podía recolocar de nuevo las piezas (por supuesto todas sus peticiones son retóricas).
En fin, tras varias recolocaciones llegó un momento en que no tenía manera de encajar ese caos de ninguna manera y empezó a cambiar las piezas de su tablero por las del círculo sin mediar palabra, entrando en trance y jugando ella sola... en fin, que se hizo la "manta" perfecta, le sacó una foto y ya pude recoger... sólo uno de los dos bebió alcohol.