Por otro lado, yo sí creo que la gran masa está idiotizada. Pero consume y mucho. Mejor si se le da todo ya masticadito, así traga antes y ya está listo para consumir más.
Tal y como habéis ido comentando, estoy bastante de acuerdo. Mi punto de vista es que en general todo se tiende a hacer más inmediato, más fácil, más simple. Lo que lleva a que muchas personas se acomoden y en cuanto algo requiere un poco de esfuerzo prefieren dejarlo.Se quiere hacer que las cosas no requieran esfuerzo, y con tanta oferta, si algo me cuesta un mínimo esfuerzo, lo dejo y cojo otra cosa que requiera menos esfuerzo.Yo lo noto incluso en los correos... son ya muchas las ocasiones en las que he enviado correos que no han sido leídos "porque eran largos". Y por "largo" hablamos de correos de 5-6 líneas. Mucha gente se ha vuelto vaga. Leer un correo de 5-6 requiere al menos dos minutos, demasiado.Los SMS, mensajes de móvil, y Twitter son ejemplos de algo adaptado a la época actual, una época de vaguería, donde es mejor comerse letras y así escribir más rápido.Quizá es que me puedo considerar de otra generación, pero en mi época se decía que quien algo quiere, algo le cuesta, y en muchas ocasiones eso que costaba era esfuerzo.Un buen ejemplo que viví en primera persona fue estudiando música (piano), durante los años que estudié fui viendo como poco a poco todo se orientaba a que el alumno se esforzara lo mínimo posible con métodos de aprendizaje que me parecían totalmente estúpidos, que trataban al alumno como si fuera idiota, y sólo servían para hacer perder el tiempo, alargando la cantidad de años que requería la carrera (de 8 a 10, luego a 15). Así me encontré con niños que tras 5 años de estudio tocaban obras como si fuera la primera vez que sentaban delante de un piano, en los recitales del colegio, obras que antes se tocaban en primero o segundo de piano. Eso sí, seguro que no les requirió ningún esfuerzo. Mientras, los otros chicos que sí se esforzaban y estudiaban "a la antigua usanza" con 5-6 años de estudio estaban dando recitales en alguna que otra fundación ante público de verdad (no público formado por los padres y amigos que habían ido a verlos al colegio).No sé, insisto que igual es que ya me puedo considerar de otra generación, pero antes se nos exigía esforzarnos en las cosas, y quizá por eso no nos asusta sentarnos delante de un manual de 60 páginas de reglas redactadas como si fueran el BOE, o un juego de rol con decenas de tablas y 300 páginas de reglas.Quiero dejar claro también que no pretendo meter a todo el mundo en el mismo saco, tengo amigos jóvenes que son unos cracks y valen mucho, lógicamente estoy generalizando por simplificar, pero sí que es una tendencia que he visto y que comparten unos cuantos amigos que trabajan en el mundo de la educación, tanto universitaria como escolar, se busca la ley del mínimo esfuerzo.