Salvo al jugar a Tantrix, nunca juego con límite de tiempo, aunque recuerdo alguna ocasión en la que me habría gustado tener un reloj a mano porque mi contrincante tenía un AP terrible jugando a Carcassonne, por culpa de la combinación de inseguridad y falta de experiencia.
Para mi la gestión del tiempo a la hora de jugar es una parte del juego como otra cualquiera. Es algo que se puede aprender y practicar. No es ciencia ficción, con práctica se puede conseguir. Cuando juego a Tantrix tengo una sensación bastante aproximada del tiempo que he gastado con respecto al permitido para toda la partida. (En torneos son 15 minutos por jugador en partidas online o 20 si son en mesa) Sé cuanto puedo dedicar a los dos primeros movimientos y cuanto debería reservar para el final. Aprender a aprovechar el tiempo de mi contrincante para pensar, aunque me falten datos, fue algo clave. De todos modos ésta no es una habilidad que se aprende y ya está, requiere práctica y mantenimiento.
Hace poco me sucedió algo muy interesante al respecto. En la primera fase del Campeonato de España de Tantrix y especialmente en las semifinales, tuve serios problemas de tiempo porque mi juego se había ralentizado en los últimos meses. Llegaba a los finales sin tiempo, justo en ese turno que hay que pensar todas las combinaciones habidas y por haber y no dejar cabos sueltos, apenas me quedaban 2 o 3 minutos. Fueron partidas muy difíciles por eso, de acabarlas al límite de lo aceptable (14:59 minutos!) o directamente de pasarme de tiempo y comerme la penalización.
La semana previa a la final me dediqué a jugar partidas rápidas, esto es, 5 minutos por jugador para toda la partida. Fue una gran idea. Gané seguridad y volví a confiar en mi instinto, recuperé agilidad leyendo las piezas para saber que información era útil. Dejé de darle vueltas a movimientos que no valían la pena. Lo importante era que independientemente del resultado de la partida, la sensación siempre era buena. Si ganaba, genial. Si perdía, vale, sé dónde está el fallo y con diez minutos más para pensar eso no habría sucedido.
La final fue espectacular y muy emocionante, con remontadas incluidas. No volví a tener problemas de tiempo. En la sexta y última partida estaba todo tan ajustado, que gané el torneo gracias a que mi contrincante se pasó de tiempo y se llevó una penalización. De no ser así habríamos tenido que jugar un desempate.
Por supuesto todo esto del AP es relativo, si alguien nos viera jugar esas partidas seguro que diría que teníamos un AP horrible.