Tal y como yo lo veo, p' a que haya puteo, el Carcassonne no precisa de nada. A lo sumo, un rival habilidoso. Debajo de esa inocente apariencia de juego familiar se esconde suficiente mala leche como para grabar varias series de la HBO.
Y a dos, una buena partida no tiene porque irse más allá de los veinte minutos.