Mi top 10 lleva años estancado, con pequeños cambios y siempre a niveles de lo más bajo. Yo creo que se debe a varios factores.
Por un lado, juego menos que hace años, así que es relativamente complicado que descubra juegos nuevos. Además, cuando juego suele ser por desgracia picoteando de aquí y allá, así que no profundizo y sería muy complicado enamorarme de nuevo con estos contactos tan esporádicos. Tuve años de relaciones estables, más o menos largas, y ahora por desgracia estoy en modo Tinder: tengo pocos matches y cuando los hago casi nunca duran más allá de la primera cita.
Por otro lado, me enamoré duro y fuerte, a todos los niveles. Un juego en mi top 10 fue compartido con mi primera pareja estable (ahora hablando ya de personas) y me llevó a mis primeros torneos de juego organizado. ¿Hay juegos de cartas mejores que Android: Netrunner? Quizá, pero no soy objetiva para valorarlo. Con otros juegos el idilio ha sido de otra clase: no tengo claro cuánto he invertido en Shadows of Brimstone, solo diré que espero que siga en las 4 cifras. Una cantidad como esa, repartida con mimo a lo largo de más de una década, hace MUY difícil que el juego se mueva del top 10. En parte porque si ha sido tan elevada es porque el sistema me flipa, pero no nos engañemos, también en parte porque cómo mirar eso a la cara y decirte que en realidad igual hay opciones mejores por ahí. Es que ni miro pa fuera en ese género, vamos.
También influye que ese top 10 se forjó en años muy intensos de seguir novedades, prendarme de diseños atrevidos y únicos, aprender muchísimo sobre juegos y el diseño de los mismos, y tiene unos criterios sólidos que son difíciles de desplazar. A día de hoy no sigo la actualidad lúdica casi en absoluto, me la sudan las novedades porque tengo más cajas de las que juego y he visto muchísimas ideas ejecutadas con mayor o menor fortuna. Sigo encontrando joyitas, formas bellas de hacer algo ya visto de manera única e innovadora, pero la práctica totalidad se mueve en un peso tan bajito que es imposible que compitan por los puestos en el top. Y aquí decir que claro, mi top no tiene nada que ver con lo que juego o no: la mayoría no han salido a mesa en años porque son lifestyle games de los que probablemente tengo más material del que puede jugarse en una vida. Mi top lo componen aquellos juegos que, en caso de salir a mesa, me dan o darían una experiencia superior a los demás. De las que te preparas con anticipación, disfrutas a muerte y te dejan pensando en el juego y con ganas de darle de nuevo la semana siguiente como poco. De las partidas que se recuerdan años después con quienes las compartieron. Eso es un juego en el top.
Ojalá poder hacer el ejercicio de rejugar mi top y ver si sigue mereciendo ese espacio, pero en mi caso es algo casi imposible. Algunos los tengo por sentimentalismo sabiendo que es muy probable que nunca más se desplieguen. Pero no me importa. Ahí seguirán.