Tengo el Vinhos, hasta ahora mi favorito.
Tuve el The Gallerist. Un buen juego que no llega a la excelencia del Vinhos, en mi opinión.
He jugado dos partidas al Kanban. Tiene pinta de ser muy pepino pero todavía no sabría decir si mejor o peor que el Vinhos. Mejor que el The Gallerist, seguro.
No he probado el Lisboa.
Buenas compañero! Porqué no te gustó?
Sí que me gustó, ojo. Lo que pasa es que a este tipo de juegos le pido que me pongan nervioso. Que me entre el miedo a que me quiten ésto o aquello. Que me chafen o se me adelanten. Con el The Gallerist tenía la sensación de que me daba un poco igual lo que hacer porque de todo iba a salir provechoso en mayor o menor medida. Jugaba relajado, sin presión.
Recuerdo que un día me descubrí a mi mismo sin ganas de jugar. Siempre había otro título que me apetecía más porque me daba esas sensaciones... y si se tratara de un Lacerda, pues en el Vinhos encontraba mucho más. Me podían encarecer una acción, podían joderme el bonus de feria que quería, tenía la presión de presentar vino en la ronda donde reunía las condiciones para hacer contacto con los magnates o esperarme a una ronda menos rentable donde ya podía tener más información de qué aspecto iba a valorarse mejor en la puntuación, me obligaban a cuidar muy bien cuánto efectivo tenía y cuánto en el banco...
En el The Gallerist, la mayor carrera es por los espacios en la matriz del mercado internacional. Porque luego que te saquen un visitante de tu plaza para devolverlo al círculo central... jaja pues sí, vale. En mis partidas se prefería meter quecos en tu propio museo que sacarlos de la plaza de los demás. Y la interacción de que dos jugadores tuvieran obras del mismo autor, también la vi un poco rara. Al final se traducía en que cada uno potenciaba en los medios de comunicación al artista que tenía en solitario, porque no querías ayudar al vecino. Con lo cual ese artista en común se quedaba estancado o se acababa vendiendo rápido. En ningún momento le bajaba la popularidad. También te podían quitar el contrato que querías pero luego rellenabas cartas y salía otra opción buena. Siempre tenías por donde sacar la cabeza.
Todo esto es muy personal y donde yo encuentro estas cosas otra persona puede no encontrarlas. Y donde a mi el The Gallerist me hacía jugar de pachorra, otro puede ver un montón de cosas emocionantes.
Disfruté el The Gallerist el tiempo que lo tuve y lo pude experimentar, pero cuando decidí tener una colección corta llena de highlights, no me dolió venderlo. Si no te duele vender un juego, es que la venta está bien hecha.
Espero haber explicado bien mis sensaciones