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« en: 11 de Septiembre de 2020, 12:29:42 »
Coincido en lo de la cultura de la inmediatez, pero sólo en parte.
Pienso que influye mucho el perfil del jugador y el planteamiento que se le de a la sesión de juego.
El caso más extremo de juego narrativo sería el juego de rol. Hace mucho que no juego, pero para mi el objetivo de la partida está claro; vivir la experiencia. Y si juego una campaña es para que mi personaje evolucione y saborear la experiencia.
Por el lado de la gestión de recursos cualquier "muevecubos sin alma", véase un Goa o un Caylus. Aquí el objetivo es optimizar tu jugada frente a la del resto de jugadores que tienen el mismo objetivo que tu, pero no es un objetivo común de superar un hito o reto. Durante una partida te dedicas a estrujarte el cerebro y a esperar que los contrincantes no tengan mucho AP para hacer tu movimiento.
Son mundos totalmente opuestos. Y que se fusionen ambas mecánicas en ciertos juegos personalmente me parece un acierto. Pero no son juegos para todos los públicos. Al jugador "narrativo" le rechina tener que salir de la historia para resolver un puzzle o hacer ciertas gestiones que pueden romper el ritmo de la partida. Y al jugador eurogamer, centrado en optimizar y en las mecánicas le puede sobrar todo ese texto inútil.
En mi opinión si eliminamos alguna de estas mecánicas cambiamos totalmente el juego. No creo que el autor las haya metido con calzador simplemente por el hecho de poder meter su juego en varias categorías. Y por tanto lo ideal es tratar de jugarlo tal y como ha sido concebido. Si se elimina una de las mecánicas nos encontramos ante un juego totalmente diferente.
Respecto a la analogía... porque has puesto telepizza. Pero ya te digo yo que me lleva más tiempo hacer una pizza entre amasados, fermentaciones y reposos que una fabada.