Ayer estuvimos en el Club Dreadnought en una kedada improvisada motivada en principio por la visita de Lev Mishkin a Valencia, aunque siempre está bien saludar al personal del Club que ejerce de anfitrión.
Comenzamos un poco tarde, pero con ganas de sacudirnos… worfylon sacó media docena de cajas del command and colors (creo que no le falta ninguna expansión) y planteó una partida a uno de los escenarios épicos.
Muy oportuno, por cierto, por ser el juego del mes en la bsk.
Se trataba de la batalla de Raphia (acabo de consultar la documentación que tengo), los Selyúcidas contra el ejército de los Ptolomeos.
Resulta bastante espectacular el despliegue de todas las piezas en el tablero y dicho sea de paso se tarda bastante en colocar todas las piezas (especialmente si el plano lo tienes al revés
).
En esta versión ampliada se elige un comandante en jefe para cada bando, que gestiona la mano de cartas (en este escenario 7 cartas) y según ciertas reglas aplicables a las mismas cartas del juego original, decide qué órdenes dar a los otros jugadores que llevan cada uno de los tres flancos. Estos jugadores gestionan después los movimientos y acciones como estiman oportuno.
Éramos 7, tomamos fichas de 4 y 3 colores y seleccionando al azar elegimos los dos grupos, Worfylon, Ricardo (un miembro del club), Sumo y Lev con los Selyúcidas, comandados por aclamación por Worfylon y Tesla, Sergio y Roberto, (no estoy seguro de su nombre, miembro también del club) con los Tolomeos, comandados por posicionamiento por Tesla (me senté en el centro y me tocó).
Como en nuestro caso éramos tres, yo hacía el movimiento de las tropas del centro, aunque con bastante calma, como se encargaron de recordarme mis generales, pero mejor así, por lo que contaré más adelante.
La lucha comenzó muy pronto porque los dos bandos se empeñaron en el ataque por los flancos, en el centro había tropas pesadas y medias que se desplazan bastante lentamente y en la primera mano las únicas cartas interesantes que estaban en la mano de los Tolomeos eran las de movimiento de tropas ligeras igual al mando.
Y las tropas ligeras estaban en su mayoría en los flancos (hablo del lado de la batalla de los Tolomeos), que se quejaban amargamente de que las líneas centrales no apoyaban sus movimientos; eran las cartas que tenía en la mano, no podía hacer más
y una vez comenzada la lucha era imprescindible seguir lanzando cartas a los flancos para que no se derrumbasen, porque la defensa era bastante obstinada pero sin orden y los Selyúcidas tenían tropas más fuertes.
Nuestro flanco izquierdo (Sergio) puso en desbandada a los Selyúcidas (Sumo), con unas tiradas de arco que hicieron mucha pupa: nada más comenzar alcanzó a una unidad de elefantes que tuvo que retirarse pisoteando a un montón de enemigos; como el tiro fue a distancia, no afectó a ninguna de nuestras tropas.
Esta acción bajó la moral de los Selyúcidas hasta tal punto que el comandante en jefe se retiró a parlamentar con uno de sus generales, Sumo (es otra opción del juego, el general puede hablar a solas con uno de sus generales para plantear estrategias).
Sin embargo, creo que estas conversaciones, que se repitieron dos o tres veces no son demasiado efectivas y sirven fundamentalmente para dejar al comandante enemigo mordiéndose las uñas pensando qué le tendrá preparado, quizás sea una táctica de ataque psicológico
.
Y lo digo porque a tenor de lo que pasó da la impresión que las reuniones fueron para diezmar sus tropas del flanco derecho, que fueron las que mi flanco izquierdo fustigó con ímpetu. (Diezmar en el sentido de lo que cuentan en el vídeo que nos dejó Valdemaras: coger a uno de cada diez soldados y… retirarle del combate).
Como efectivamente habéis deducido fueron cayendo unidades una detrás de otra, incluso un líder, del lado de los Selyúcidas, de forma que llegamos a tener una cantidad increíble de estandartes de ventaja (6 o 7, no recuerdo).
Esto estaba hecho.
Pues no. Llegaron las rebajas y el diablo, que no descansa, comenzó a hacer de las suyas. El diablo en forma de infantería pesada del centro del ataque Selyúcida (Ricardo).
Poco a poco y sin que nadie lo notase, la infantería pesada se había ido acercando a mis tropas del centro, también nuestro centro había avanzado, pero sin muchas ganas, para disimular un poco
.
Y pasó lo que tenía que pasar. Esa indolencia, ese estar pero no estar. Mirar a un flanco y al otro con suficiencia, un traguito de vino por aquí, “mira ese, lo van a aplastar los elefantes”, “vaya fregao que tienen por el lado derecho”; esa tranquilidad de controlar todo desde la distancia “a esos no les queda ni un telediario”…
La infantería pesada Selyúcida atacó con saña el centro, el flanco izquierdo (de las unidades del centro) casi fue aniquilado, las tropas en desbandada, soldados que caían y eran pisoteados por los que huían, algunas unidades aniquiladas de una embestida, un horror; sólo aguantaron 3 unidades del flanco derecho con el líder. Además el flanco izquierdo de los Selyúcidas (Lev) reaccionó y también hizo escabechina en nuestras desordenadas tropas.
Perdimos casi toda la ventaja que teníamos de estandartes, quedando además nuestras unidades en una posición lamentable. La diferencia de estandartes se redujo a 1.
Algo había que hacer. En un reconocimiento rutinario en nuestro flanco derecho detectamos una solitaria unidad de elefantes a los que atacamos con unidades de infantería ligera. Los (d)hados fueron propicios, y conseguimos el último estandarte.
En definitiva, una partida entretenida y con mucha emoción.
Lamento no tener fotos con que acompañar al texto, pues ayer hice lo mismo que las tropas del centro, no me apeteció llevar peso y no cogí la cámara, pero en breve supongo que veréis las fotos que sí sacó worfylon.