CRÓNICA: Pendragon, toma y daca en Britannia.
Por Imanol Intziarte.La crónica con fotos en el blog:https://homelessmeeple.blogspot.com.es/2018/05/cronica-pendragon-por-imanol-intziarte.htmlDespués de mi crónica al Here I Stand, me animo con otro texto sobre primeras sensaciones a juegos densos. En este caso se trata del Pendragon, el último volumen publicado de la Serie Coin.
Un compañero de club, con el que solo había jugado una vez, me escribió por whatsapp a finales de febrero, comentándome que nunca había probado un juego de la serie Coin y que estaba con ganas. Otro colega, este integrante del grupo habitual, tenía el Pendragon por estrenar.
Se juntaban el hambre y las ganas de comer, así que buscamos una cuarta persona y fijamos fecha para darle los primeros mordiscos. Nos concedimos unas semanas de plazo para estudiar el reglamento, y ya de paso sorteamos las facciones en juego.
Pendragon refleja la época posterior a la marcha de los romanos de Britannia. Por un lado tenemos al Dux –narrador de esta crónica– y los Civitates, que componen respectivamente el poder militar y civil de los britanos. Por otro lado los bárbaros, Sajones y Escotos, cuyo objetivo es invadir la isla para conseguir riqueza y también construir asentamientos.
El juego ofrece 4 escenarios, dos cortos, uno medio y otro largo. Así que el día en cuestión la primera tarea era decidir con cuál empezar. Servidor planteó uno de los cortos, pero el dueño dejó entrever que eso es de cobardes, que a ver si nos va a saber a poco y que total, el despliegue inicial del largo y del primero de los cortos es idéntico.
Pues nada, a darle calor. Los que más experiencia teníamos con la serie Coin solo habíamos jugado en su día un Falling Sky de aquí te pillo y aquí te mato, sin enterarnos de por dónde nos pegaba el aire, por lo que todo hacía augurar un importante gasto de neuronas.
La colocación inicial se hace bastante larga porque hay que colocar un montón de piezas en función de cada escenario. Llama la atención que los bárbaros –fichas verdes y negras–, empiezan todas fuera del tablero, que está lleno de rojas y azules.
La primera carta que pusimos boca arriba permitió arrancar a sajones y escotos, que realizaron sus primeras incursiones. A pesar de los contraataques del Dux y del Civitates, ambos terminaron la primera época con sendos asentamientos y control en las regiones de Durotriges (sajon) y Ordovices (escoto).
Eso sí, los britanos aguantaron bastante bien el tipo y consiguieron mantener el Gobierno Romano, sin que bajara a Autonomía. Los bárbaros no consiguieron ganar mucho renombre, lo que le dio al sajón una excusa para su habitual recital de lloros, quejas y rostro serio de «vaya mierda de juego, siempre me toca la peor facción».
Por cierto, si algo aprendimos también es que el Dux tiene que llegar a los finales de época con unos recursos ahorrados, porque si se queda con la caja vacía le cae una dolorosa puñalada. La letra con sangre entra.
Al poco de comenzar la segunda ronda, una pausa para refrescar las neuronas, rellenar el estómago con unos bocatas en un bar cercano e ir comentando la jugada.
En la reanudación, toma y daca, toma y daca, con los britanos apagando los fuegos que los bárbaros encendían en los cuatro puntos cardinales. El escoto consiguió dejar en mínimos la defensa naval de la isla y con un evento concentró casi toda la caballería del Dux en una esquina y alejada de las carreteras.
El Civitates logró un botín de riqueza para abrir un hueco que le permitiría derrocar el poder militar y pasar a poder civil en la próxima época. Y servidor, que como suele ser su costumbre en estas partidas iniciales no sabía por dónde le caían las ostias, creó unos foederati –tropas bárbaras mercenarias–, más que nada «para saber cómo funciona esto».
Cuando ya se olfateaba el final de la segunda época, y la hora de plegar velas, porque ya rondaban las dos de la madrugada, el escoto no tuvo mejor idea que jugar su evento crucial, una carta que tiene cada facción y que puede usar una vez durante la partida cuando le convenga.
Esa en concreto les permite a las dos facciones bárbaras llevar a cabo un porrón de incursiones, lo que supuso que el mapa se llenara de fichas negras y verdes con cubitos dorados de botín a sus espaldas. El Dux y el Civitates consiguieron cortar en parte la hemorragia, pero todo apuntaba a que, de seguir la partida, lo iban a llevar crudo para no ser avasallados por los invasores.
Así dimos por terminada esta primera toma de contacto, no sin antes quedar para volver a darle otro tiento. Ya tenemos fecha concertada, en breve seguiremos desentrañando los misterios de Pendragon.
Partida jugada el día 30 de abril de 2018.