La respuesta es sencilla:
Depende de cuáles sean los objetivos personales de quien monta la editorial, que pueden ser muchos y muy dispares. Aunque no lo parezca el factor económico no es siempre el prioritario, ni tampoco lo es tener continuidad. Hay editoriales que se han montado con el objetivo de sacar adelante un juego y desaparecer, como Ediciones Rotura y su 1936 guerra civil.