Mi madre, en fiestas navideñas (cuando se sacaba el Monopoly, Party o similares), si veía que no iba a ganar la partida daba palmas en la mesa al canto de
pupurrí, pupurrí (era la época del programa
Furor), moviendo así todas las fichas ante el descojone casi generalizado de los presentes; obviamente el "casi", va por mí, que era el único al que le importaba ganar!
Lo peor es que sigue haciéndolo a día de hoy.