El sábado pasado visité la casa de Rodrigo con tal de ponernos nuestros sombrero de generales y revivir las épicas que se vivieran como parte de la campaña Cruzada en el Norte de África gracias a "
Corps Command: Totensonntag".
Yo sin dudarlo, decidí prestar mis servicios al gran mariscal de campo, ese zorro del desierto legendario y tratar de defender con honor las posiciones puestas a mi disposición. Rodrigo en cambio, optó por representar a los británicos y sus aliados en sus constantes ataques con refuerzos de todo lado contra mis posiciones.
El juego, es considerado un juego introductorio al subgénero de juegos de guerra de los juegos de mesa, con un mapa hexagonal y pequeños cuadritos de cartón que contienen las distintas unidades a usar. Los distintos terrenos y objetivos están claramente plasmados sobre el mapa, y a pesar de mi amor por miniaturas debo decir que es un juego muy bello de apreciar y que tiene un excelente diseño y arte.
El juego es sencillo. Cada unidad tiene su fortaleza, iniciativa (que funciona como movimiento a la vez), y defensa, además señala si es motorizada y puede presentar bonos a usar en casos específicos. La división a la que corresponde viene en una letra diminuta, que la verdad me costó leer, habiendo llegado a mezclar divisiones distintas.
El juego se supone que se juega en una hora; no sé porqué duramos cuatro. Tal vez es que pensamos mucho cada jugada, o porque Rod se encargó de hacer todos los cálculos. Como sea dudo que dure una hora basado en mis experiencias, pero sí creo que con más partidas en el pecho sería posible jugarlo entre dos y tres horas.
El juego tiene varios turnos agrupados en seis jornadas. Al final del día la noche llega con la oportunidad de reparar la maquinaria dañada y curar a los heridos, y el escenario dicta las posiciones y unidades iniciales, así como los refuerzos a recibir.
Después de colocar las unidades en sus posiciones iniciales, me di cuenta lo importante que es usar correctamente la iniciativa y sacar provecho al máximo del movimiento adicional que pueden tener las unidades motorizadas. Y lo importante que es colocarse correctamente sacando provecho de la zona de influencia para atrapar al otro jugador.
Comenzamos el juego y tímidamente moví mis unidades a cubrir los objetivos principales, sin embargo, decidí salir al encuentro del enemigo y mantenerlo a raya más allá de las montañas.
Poco a poco las unidades aliadas fueron cayendo, gracias a que me enfocaba en una sola unidad; hasta que cayera seguía con otra, maximizando mis opciones de tiro siempre iniciando con los más fuertes y terminando por los débiles.
También parte de mi estrategia fue no mantener todas las unidades agrupadas, para poder más fácilmente encerrar a las unidades enemigas; una vez que las herían las replegaba para que fueran protegidas por otras.
Sí me percaté de que es mejor agrupar unidades parecidas para no entorpecer el movimiento de unas con otras y coordinar mejor los movimientos.
A pesar de que Rodrigo contaba con más refuerzos, le costó romper mis líneas, cosa que hizo hasta el último día donde finalmente llegó a dos de sus objetivos. Sin embargo, el costo que había pagado era demasiado alto. Cuando vi sus refuerzos sentí que iba a perder pero luego solo pensaba en cuántas más podría matar, fue una carnicería de aliados sin duda alguna.
Parece que los aliados tenían muy mala inteligencia de antemano, porque menospreciaron a los italianos y esta fuerza pudo mantenerse hasta el final del juego. También sobrevaloraron los
panzers; pudieron acabar con dos rápidamente mas no les abrió el camino al aeropuerto.
Debo decir que fue una dura pelea, nada fácil y al final había descuidado mis puntos de interés con tal de hacerle frente a tan poderosa fuerza y con la sorpresa de esos refuerzos tardíos pero tan avanzados que llegaron a darle un respiro a los aliados.
El último turno fue una carrera por alcanzar y eliminar a aquellas unidades que se habían logrado infiltrar y felizmente solo pudieron mantener una posición cuando llegaba la noche.
Al final de la batalla, los Aliados tenían un menos uno sobre todo por el montón de pérdidas que sufrieron en batalla y no haber alcanzado los objetivos estratégicos propuestos al inicio de la batalla.
La mesa esta puesta y la próxima vez tendré que comandar a las fuerzas Aliadas, aunque no me hará mucha gracia servir bajo el tonto y suertudo Montgomery. Como sea, fue un juego que disfruté mucho y espero haber honrado la memoria del zorro del desierto.
Definitivamente, una excelente entrada en este subgénero, que ha logrado entusiasmarme muchísimo.
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