La llamada
"teoría de la mente" hace referencia a la capacidad del ser humano para atribuir estados mentales (p.e. emociones, creencias o propósitos) a otras personas distintos a nuestros propios estados mentales. Por ejemplo, entender que otra persona (contra todo pronóstico) piensa que la música de Melendi es buenísima aunque nosotros no pensemos eso. Pese al nombre no es una teoría, en sentido científico, sino una hipótesis o propuesta; el nombre está relacionado con que la capacidad se basa en "hacer teorías sobre la mente de otros, teorías que estamos dispuestos a revisar".

Una de las formas más clásicas de explicar qué es la teoría de la mente es con este ejemplo (propuesto por Wimmer y Perner en 1983
https://citeseerx.ist.psu.edu/document?repid=rep1&type=pdf&doi=880c8bf6d7b775c3982a2fd4e37dc47830e71b73 ) : Un niño guarda un bote de chocolate en el mueble verde y se va. Su madre, fuera de la vista del niño, cambia el bote de lugar y lo guarda en el mueble azul. El niño, que no ha visto nada, vuelve. ¿Dónde irá a buscar el bote? Para resolver esta tarea tenemos que darnos cuenta de que el niño tiene una idea,
una falsa creencia (que el bote sigue en el armario verde), basada en su conocimiento previo que es distinta a la que nosotros tenemos. Es lo que se llama "tarea de falsa creencia de primer orden".
Otra tarea muy similar y más popular es la que propuso el equipo del psicólogo Simon Baron-Cohen en el año 1985 (anecdóticamente, primo del actor y director Sacha Baron-Cohen) con las muñecas "Anne y Sally" en la que una cambia una pelota de una caja a una cesta fuera de la vista de la otra.

El concepto había sido introducido por los autores
Premack y Woodruf en el año 1978 en el artículo
"¿Tienen los chimpancés una teoría de la mente?" ya que se preguntaban si primates no humanos eran capaces o no de "ponerse en la mente de otros". Otros pensadores contemporaneos pioneros en el concepto son
Daniel Dennet o Bateson.
Se asumía que la capacidad emergía, en el ser humano, aproximadamente hacia los 4 años, que es el momento en el que los niños suelen aprender a mentir genuinamente, asumiendo que para mentir es necesario ser consciente de que "el otro" tiene o puede tener una idea erronea, distinta a la nuestra, y que nos puede interesar engañarle.
Sin embargo en investigaciones posteriores (p.e. autores como
Tomasello u Onishi) se ha encontrado que los bebés atribuyen intención a otros y son capaces de anticipar con la mirada a dónde va a mirar el otro, i
nfiriendo intenciones, desde antes de los 15 meses. De hecho, las conductas de
señalar con el dedo para dirigir la atención que emergen entre los
9 y 12 meses y las respuestas a la orientación del adulto cuando mira o señala se hipotetiza que requieran de una "prototeoría de la mente" o teoría de la mente implícita e "incipiente".
Un
experimento clásico que explica muy bien este fenómeno es el del brócoli y las galletitas saladas: se ofrecía a bebés de entre 14 y 18 meses dos comidas:
brócoli y galletitas saladas ("golden fish"). Mayoritariamente los bebés elegían las galletitas y rechazaban el brócoli. Posteriormente, el adulto en presencia del niño realizaba una elección contraria: prefería el brócoli y rechazaba las galletitas. Después de esto, el niño debía entregar al adulto uno de los dos alimentos. Los niños de
18 meses entregaban brócoli, entendiendo que esa era la preferencia del adulto (en muchos casos poniendo una cara que parecía decir "no sé muy bien qué clase de insensato prefiere comer esta repugnancia, pero ¡allá tú, si es lo que quieres!"), sin embargo los de 14 meses persistían entregando galletitas saladas. La hipótesis es que los niños de
14 meses aún no son capaces de "leer-entender" la mente de los demas y asumen que sus propias creencias, deseos o propósitos son los de los demás.
¿Y qué tiene que ver toda esta teoría y psicología con los juegos de mesa? Porque en muchos
juegos en los que existe interacción es fundamental "leer la mente" del resto de jugadores.
La clave aquí es conseguir diferenciar en qué situaciones es necesario leer genuinamente la mente de los demás y en cuales
simplemente es suficiente con anticipar cuales pueden ser las jugadas más eficientes para otros jugadores, lo cual se puede resolver de forma "mecanicista" o "conductual" sin necesidad de "leer la mente-ideas-creencias-propósito" del adversario.
Y, más allá de eso, puede suceder que asumamos con demasiada precipitación que todas las personas siguen nuestro "árbol de toma de decisiones" o prioridades y nos cueste "leer la mente" de los demás en las situaciones de juego.
Voy a ilustrar esto con un género de juegos modernos: los
juegos de roles ocultos con de "minoría informada vs mayoría desinformada", por ejemplo, Hombres lobo de
Castronegro o Blood on the clocktower (BOTC).Pongamos una situación en la que un jugador, debido a su rol, obtiene una información (por ejemplo, la niña en Castronegro o La empática en BOTC). Esa persona va a jugar teniendo en cuenta esa información... pero especialmente debe tener en cuenta que el resto de
jugadores desconocen esa información. En esta cuestión tan aparentemente evidente es sorprendentemente frecuente encontrarnos con situaciones en las que esa "teoría de la mente aplicada" no se aplica y los jugadores asumen que el resto de jugadores van a asumir las hipótesis, realizar las nominaciones o votar las propuestas que propongan, olvidando que desconocen esa información.
Y, más allá de conocer la información directa, es frecuente que surjan disensiones (en cierto modo divertidas y que, también en cierto modo, forman parte del juego y de la propia experiencia) respecto a qué información se debe dar u ocultar. Por ejemplo, ser consciente o no de la sospecha que puede generar que un jugador, estando a punto de finalizar la partida (p.e. en el momento de una última votación), se niegue a dar ninguna información de su rol oculto (cuando no hay nada de la mecánica de reglas ni ninguna ventaja "social" en ocultar esa información). El tomar conciencia de cuales son las "emociones" o los estados mentales o creencias que puede generar en otros una conducta, una forma de actuar, dar o no dar una información es algo que podríamos asumir que tiene que ver con un tipo de "teoría de la mente aplicada" y que tal vez asumamos que es algo espontaneamente desarrollado y tal vez no sea necesariamente así.