Una gran carrera, mucho más emocionante y competida que la edición anterior.
¡Ya lo creo!
Salvo en los primeros turnos (con Ronald Aurigan -celeste- y Cartesius Ludopaticus Maximus -ocre- volando sobre la arena), siempre he visto vencedores a Pérfida Albión.
Máxime cuando mi compañero Tercius, iba recibiendo poco a poco daños en sus caballos, que reducían su ya limitada velocidad. Decidí conservar la máxima resistencia posible y esperar acontecimientos para la última vuelta.
Creo que el hecho decisivo (cúmulo de otros anteriores igualmente definitorios) fue cuando Ariel dejó fuera de carrera a Antonius de Aguere (naranja) y permitió a mi compañero Tercius el encaramarse a la sexta posición.
Con ello nos poniamos líderes y yo dejaba de ser coyote, para convertirme en correcaminos (con más velocidad y resistencia que mis dos competidores de Pérfida Albión).
La suerte quiso que la curva forzada en +5 no me penalizara, que los últimos intentos de Afrikaner y O´rak fueran infructuosos y que en el turno final saliera primero que nadie.
Y por supuesto, ha sido el triunfo del equipo. Un magistral Tercius, que en dos ocasiones en las que dudaba, me ha indicado lo que debería hacer y en ambas ha acertado.
Después del famosísimo turno 6 y aquella maestría con el látigo sobre celeste y verde, debes incorporar a tu auriga el nombre de TERCIUS NIGER MAGNIFICUS.
¡AVE COMPAÑERO!