Yo he tenido otro.
Por fin ese maldito preboste me habia conseguido una audiencia con el rey. Me habia costado parte de mi pequeña fortuna, incluso parte de mi cuadrilla se habia quedado sin cobrar estas ultimas jornadas, pero sabia que esta audiencia daria su frutos, mas que saberlo, lo necesitaba, si no conseguia que el rey me favoreciera, tendria que dejar a mi cuadrilla un tiempo sin poder trabajar. El rey me recibio con una sonrisa en la boca, pero habia algo que no me gustaba en la forma de mirarme. Me dijo que tenia un proyecto en mente, pero no seria barato, y que tendria que hacerme cargo de los gastos, pero que si lo hacía, conseguiria mas de lo que podria conseguir con cualquier negocio: prestigio. Aunque en un principio no me convencio mucho, acepte: queria que le construyera un gran castillo, uno como nunca antes se hubiera construido. Me arriesgue, yo y lo poco que me quedaba, pero todo riesgo tiene su recompensa, y este lo tuvo. Tras empezar el proyecto, mi fama fue creciendo y me llegaron muchos mas trabajos, pude comprar grandes mansiones en mi modesta ciudad, y, gracias a mi, mi humilde pueblo se convirtio en una gran urbe. Hubo muchos constructores que quisieron subirse al carro que yo habia iniciado, pero fui yo el pionero, y eso me dio mucha ventaja. Consegui grandes proyectos: la catedral, el banco del pueblo e incluso una bonita estatua de nuestro ilustre monarca. Mis trabajadores casi no podian dar abasto, e incluso pense en aumentar mi cuadrilla, pero me fue imposible, todos los muchachos en edad de trabajar del pueblo habian sido contratados por los otros constructores.
Al final conseguimos terminar el castillo, y recibi ayuda por parte de los otros capataces, pero por suerte y gracias a mi apuesta, consegui que el nombre que se recordaria en los años venideros fuera el mio...