Mis orígenes frikis se remontan a los librojuegos de D&D, luego los de Altea Junior (lucha-ficción, etc.). Y de los librojuegos saltamos al rol (D&D, Runequest...) y al tablero (Britannia, BattleTech...). Nunca dejé de jugar del todo, pero lo volví a coger con fuerza a partir del Carcassonne.