Acompañadme en esta nueva metáfora de la vida, y no olvidéis el gorrito de papel albal.
Hace unas semanas podíamos asistir al penúltimo enfrentamiento político a colación de la campaña que el ayuntamiento de Madrid había realizado para reducir la población de cotorras argentinas en la capital. Pongamos contexto: la cotorra argentina es una especie invasora, de esas que la gente empieza a traer a sus casas porque le resulta gracioso así de primeras, se pone "de moda"... pero luego se dan cuenta de que el animalito es un cansaalmas y que no hay Crom que lo soporte en casa, las empezaron a dejar en liberta, así sin filtros, y han ido desplazando a otras especies, convirtiéndose en plaga, con consecuencias nefastas para el ecosistema de Madrid (ya de por sí "jodido") y siendo un vector de transmisión de enfermedades. (No me digáis que no estáis viendo ya la metáfora, es que estaba ahí y no queríamos verla). El ayuntamiento ha realizado un convenio de 3 millones de euros para el exterminio-reducción de la cotorra y ya os podéis imaginar el jaleo político: sospecha de intereses económicos, oportunismo para acusar de "genocidas" por parte de pseudoanimalistas etc. Pero no es de esto de lo que quería hablar hoy.
"La naturaleza es sabia, se autorregula con el tiempo". Tus cojones. La sabiduría y la inteligencia están ligadas a la cognición, y "la naturaleza" no es una entidad con cognición, por más que hayamos visto mil imágenes muy bonitas de Gaia y hayamos escuchado muchos discos de Mago Veloz.
"La gaia Neurente de Borja", desgarrador.
El equilibrio de un ecosistema es producto de millones de años de evolución, y se puede ir al carajo con un leve desajuste. No hay "planes divinos" ni "sistemas de back up" ni "fórmulas mágicas" que lleven al equilibrio celestial a "la naturaleza" así espontaneamente. A estas alturas de la película a poco que uno tenga ojos y algo de memoria episódica podrá recordar distintos ejemplos de cómo se ha llegado y se sigue llegando a consecuencias desastrosas para el planeta ligadas a la actuación del ser humano. LA NATURALEZA NO ES SABIA NI INFALIBLE. NO EXISTE UNA ECUACIÓN MÁGICA Y DIVINA PARA QUE TODO, AL FINAL, SALGA BIEN, como en Slumdog Millionaire.
Como ya sabéis por dónde van los tiros, mi intención no era hablar ni de cotorras ni de Gaia, que por otra parte soy un perfecto ignorante. La película, como Carretera perdida, tiene un giro de guion de los que te rompen la cadera, fuga psicógena incluida, "listen listen":
Las sociedades civilizadas llevan siglos regulando las actividades profesionales. Por la sencilla razón de que hace ya mucho tiempo que nos dimos cuenta de que es necesario un mínimo de ética y de consenso técnico que garantice que los profesionales hacen lo que tienen que hacer. Recordad este término: ETE
Ética, técnica y empatía. Tres pilares fundamentales para que las actividades profesionales sean útiles para la sociedad y tengan un mínimo de garantías para ellas mismas y para sus usuarios-clientes.
No me voy a extender en datos del pasado, pero no es difícil encontrar ejemplos de cómo las sociedades civilizadas han regulado las distintas actividades profesionales.
Es mucho más sencillo hablar en la actualidad de la regulación de las actividades sanitarias. A todos nos resulta obvio que para hacer cirugía uno debe tener una formación más que avalada, deben existir códigos éticos y deontología etc. Y sin embargo también sabemos que el debate sobre la universalidad de la sanidad, privatización y dónde está el límite de la comercialización de la sanidad está más vivo que nunca, porque no en todos los países está regulado igual. Y si entramos en qué está pasando con los "influencers-médicos asesores" (spoiler: no son médicos de verdad) pues ya tenemos el bodegón completo. Para resumir, por lo general entendemos que para las actividades sanitarias debe existir un marco regulador, sin estar exento de polémica el tema.
Con la economía y actividades comerciales todo se vuelve más complejo: modelos más liberales, modelos más intervencionistas... "El mercado se autoregula", "es la ley de la oferta y la demanda", "cada cual puede vender o contratar al coste que quiera, el cliente o profesional decidirá si es pertienente o no", "no es necesario regular nada porque estas cosas se regulan solas" son frases que podemos haber oído. Aquí creo que es mejor dejar hablar a los que más saben, solo diré que hasta el liberal más liberal está a favor de medidas que impidan, por ejemplo, los monopolios y oligopolios, por precisamente garantizar la libre competencia.
¿Y qué hacemos con otras profesiones? ¿Es necesaria una regulación de la Ética, Técnica y Empatía? ¿Es necesario exigir una formación y cumplir una regulación profesional en las actividades profesionales y actividades económicas, o es mejor dejar que cada cual haga lo que quiera y que el mercado regule?
"Somos mayorcitos para saber qué es bueno para nosotros". Claro, por eso te llevas los tomates de mierda que no saben a nada pero son "redonditos y rojitos" del Mercadona en lugar de los buenos, por eso compras pan precocido infame en la gasolinera porque te pilla de paso en lugar de bajar a la panadería de tu barrio y por eso compras el paquete de donetes que está en la balda que hay justo en la caja de cobro del hipermercado.
Y el futuro no parece mucho más optimista: las generaciones que vienen se están criando tomando como referentes a influencers de RRSS, sin filtro. ¿De verdad pensáis que, en general, diferencian entre el rigor de un profesional, un argumento basado en datos y evidencia científica, del testimonio interesado o ignorante (o ambas cosas) de un influencer?
Como siempre, "que cada cual camine como él camele", una máxima de un referente, pero luego no nos extrañemos si se nos llena la lista de podcast de Ivoox de cotorras argentinas.