la verdad que esto suena bastante a sarcasmo.....

No, no. Para nada. Se supone que estamos en la sección de humor, pero si alguien se siente moralmente ofendido, pues no viene mal una explicación y ya está. No hay dobles intenciones ni nada de nada. Es que cuando se escribe algo que en principio parece tener su gracia, resulta que no se puede prever el alcance emocional de todas las personas. Unas lo encajan de una manera y otras de otra. Antes no pasaba, pero contar en la actualidad cierto tipo de chistes ofende porque el sentido del humor se ha reducido mucho, por lo que hay personas cuyo nivel de tolerancia está a flor de piel y entiendo que la disculpa es el medio adecuado, ya que, obviamente, la finalidad del chiste no era herir sentimientos.

Vengo comprando varios trajes al mes que no voy a poder ni estrenar, pero no pasa nada porque es que me he dado cuenta de que soy coleccionista de trajes y me considero un buen entendido. Muchos ya los tengo apilados sobre otros porque apenas me caben en los armarios, pero todos tienen algo que los diferencia del resto. Me divierte ver el diseño de las hechuras y la calidad de sus botones. Los clasifico por colores, por texturas, por diseñador, los enfundo para que no se estropeen, hablo sobre ellos en foros especializados, procuro acercarme a las ferias y pasarelas anuales y mantengo una base de datos actualizada con sus características. A veces vendo alguno para comprar otro debido a la falta de espacio, pero sigo viendo los catálogos de novedades y estoy atento por si sale algún traje que merezca la pena participando incluso en crowdfunding. De hecho, tengo una lista de deseos en la que tengo apuntados varios con muy buena pinta que seguramente caigan este año.

Yo no digo que no aporte. A mí no me convence la idea de tener que anular un mazo de cartas para reemplazarlo por otro. Lo siento mucho, pero lo que no puede ser es que cualquier ocurrencia se convierta en expansión.

El truco que se busca no es más que un ejercicio de responsabilidad y coherencia. Podemos establecer una norma basada en un presupuesto de 20 €, en esperar a ver si tiene erratas un juego o en la regla más extravagante que se nos pueda ocurrir. Lo que está claro es que todo se basa en obstaculizarnos a nosostros mismos y nos sentiremos tanto más a gusto con la norma autoimpuesta cuanto más coherente sea y tratar de engañarnos a nosotros mismos con normas fáciles no lo es. Cuando somos pequeños, nuestros padres se encargan de limitar nuestra cantidad de caprichos considerando que es por nuestro bien. En eso consiste parte de la educación, en saber sufrir e imponer limitaciones que, por supuesto, sean explicadas y no impuestas "porque sí". Cuando somos independientes, tendemos a satisfacer nuestros deseos de forma más desmesurada y hemos de ser nosotros mismos los que nos autolimitemos (ni pareja ni hijos ni nadie). Con la independencia económica, hay que empezar a ser responsables y coherentes como símbolo de madurez.

Luego está mi mujer, el otro día:

Yo: Marc me ha preguntado que si le vendo el Terraforming Mars.
Mujer: Noooo, ese no lo vendas.
Yo: ¿Por qué? Si no lo jugamos...
Mujer: Porque me gusta mucho.
Yo: Vale, pues vamos a echar una partida ahora que la nena duerme.
Mujer: No, ahora no.
Yo: ¿Por qué?
Mujer: Porque es tarde, estoy cansada, dura mucho y quiero ver una peli.
Yo: Pero es la situación de siempre. De este bucle no salimos... Lo vendo.
Mujer: Nooooooooo.
Yo:  fuck...

Tal cual. Cualquier parecido con la realidad es la misma coincidencia de siempre.

Todo depende de la memoria y el espacio . Pero porque ponerse limites en algo que te gusta.

Porque si el ser humano no se pone límites, significa que se deja caer en todas las tentaciones. A la larga es perjudicial porque la madurez reside en el sufrimiento y en el sacrificio, a la vez que la felicidad surgirá más fácilmente por pequeñas cosas.
En alguna ocasión se ha visto por aquí a alguien que estaba ya en puertas de ir al psicólogo por exceso de juegos y eso es porque no ha sabido administrar en su momento sus apetencias. Igual que tratamos de averiguar el número ideal de juegos, no sería mala idea saber también el número a partir del cual se produce el empacho.

"La vuelta al mundo en 80 días" es un euro ya veterano cuyo tablero es un mapa. Es de esos juegos muy fáciles de aprender. Lo que pasa es que ya estará muy descatalogado, aunque hace unos meses curiosamente lo vi a la venta en la Casa del Libro en Madrid.