La aldea en mi opinión es la mejor manera de añadir salsa a las partidas sin alargar las noches llamando a un sin fin de personajes. Así que eso de que con esta expansión las partidas son más largas y engorrosas no estoy para nada acuerdo.
Yo hasta hace bien poco jugaba la versión de Castronegro (tanto con mi grupo de amigos como en loa eventos frikis asturianos con grupos muy grandes) y La Aldea tenía tres problemas que hacían que viera muy poca mesa:
- Las partidas se nos hacían más largas y engorrosas. Es cierto, la aldea no alarga necesariamente la noche pero sí que alarga la partida (discusiones diarias extendidas, cambios de oficio, redistribución de edificios vacíos...) dejando a los "muertos" aún más tiempo sin jugar y haciendo que algunos jugadores (sobre todo los novatos) condicionen mucho sus decisiones en base a la distribución de edificios. Además La Aldea, al tener losetas, edificios (en mi opinión muy grandes) y fichas alarga el setup y necesita más espacio.
- Hemos comprobado que escala bastante mal. Con pocos jugadores los edificios condicionan mucho y con muchos es engorroso y los jugadores eliminados se aburren.
- El poder del Panadero (que puede abrir los ojos para intentar pillar a los lobos con los ojos abiertos) está roto, ya que consciente o inconscientemente, el jugador que lleva al panadero puede hacer trampa (igual que la Niña Pequeña) y estropear la partida.
Por estas razones nosotros repartimos a veces algunos poderes de La Aldea (el confesor, el barbero, la institutriz...) al azar entre los jugadores pero casi nunca jugamos con la expansión al completo