Antes de nada quiero advertir al incauto lector de que esta es la primera reseña completa que escribo en la BSK. Hasta ahora no me había atrevido a hacer reseñas sobre juegos que ya están requetecomentados por estos lares y sobre los que poco o nada podría añadir, pero tras la reciente adquisición de Iliad, juego de cartas basado en la Guerra de Troya, y viendo que pese a existir alguna reseña ya escrita sobre el mismo no hay una saturación tan grande de comentarios, he optado por atreverme. El hecho de que sea un juego de cartas más o menos sencillo también ha influido, claro. ;-)
Presentación y componentesSobre la presentación poquitas cosas que comentar. Se trata del tamaño clásico de juego de cartas tipo Ciudadelas, con una tapa que se retira completamente para abrir la caja -de nuevo como en el Ciudadelas- y compuesto con un material no demasiado lujoso para mi gusto, aunque cumple su función.
Los componentes son cuatro mazos distintos de cartas que representan por una parte nuestros ejércitos, por otra los puntos de victoria que necesitaremos para ganar el juego, luego están los oráculos que condicionarán el tipo de batalla que, a modo de asalto de combate,tendremos que ir disputando hasta acabar la partida y finalmente algunos héroes (todos ellos del bando aqueo o griego).
Además de las cartas podemos encontrar 3 curiosos indicadores de puntos adicionales de victoria hechos de cartón duro y que representan ánforas con las caras de Agamenon, Poseidón y Atenea.
Mecánica de JuegoLa resumiré en lineas generales, aunque hay importantes modificaciones en función de que se trate de un juego a 2, 3, 4 o 6 jugadores.
Al comenzar el juego se reparte un total de 12 cartas de ejército a cada jugador. Estas cartas servirán para ir conformando sobre la mesa un poderoso ejército que nos permita ganar la batalla y llevarnos los puntos de victoria. No se obtienen nuevas cartas hasta acabar cada batalla y llegado ese punto únicamente serán 3 las cartas nuevas que se obtengan. Si este hecho le sumamos que finalizada cada batalla deberemos descartar todas las cartas de ejército que hayamos empleado, llegamos a la conclusión de que suele merecer la pena ser cauteloso y no excesivamente alocado a la hora de jugar cartas y ponerlas sobre la mesa.
Antes de cada batalla de extrae una serie de cartas de los mazos de victoria y una carta del mazo de oráculo.
Las cartas de victoria representan el premio que se llevará el jugador o jugadores que resulten vencedores de la batalla. Ni todas las cartas valen los mismos puntos ni todos los puntos tienen igual valor ya que el predominio en un determinado tipo de puntos (barcos o ciudades) nos permitirá obtener las ánforas de Poseidón y Atenea, con las bonificaciones en puntos de victoria que ello implica.
La cartas de oráculo condicionará la batalla, existiendo básicamente dos tipos de batalla posible. Cuando aparece una carta de Thanatos estaremos ante una batalla larga y de desgaste en el que el perdedor no solamente no obtendrá puntos de victoria sino que además le caerán puntos negativos. Cuando aparezca una carta de Gorgona, la batalla normalmente será rápida y el desgaste menor, aunque es posible que los jugadores lleguen a prolongarla tanto como en el caso anterior.
Con todo dispuesto, iniciamos lo que es la batalla propiamente dicha, manejando nuestras carta de ejército como mejor podamos.
El objetivo es conseguir el máximo número de puntos de victoria. Para ello nos valdremos de cartas que nos permiten obtener puntos siendo las más importantes los hoplitas, que podemos alinear en falanges para maximizar su eficacia si los jugamos en un orden determinado.
Los arqueros y los carros también nos permiten obtener puntos de victoria, pero si los sacrificamos podremos emplearlos para destruir cartas de ejército que hayan dispuesto nuestros rivales.
Los elefantes nos permiten proteger hasta a dos arqueros y/o hoplitas, aumentando además el valor en puntos de las cartas protegidas y permitiendo seleccionar mejores blancos a los arqueros.
Además podremos contar con ballestas (que acaban con carros y elefantes), catapultas (que acaban con ballestas, otras catapultas, fortalezas y caballo de Troya), las fortalezas (que impiden que los rivales puedan emplear sus carros contra nosotros)
Además de las anteriores, el caballo de Troya, que nos permite proteger a soldados y arqueros y que además nos permite desplegarlos boca abajo de modo que el contrario no sepa de cuantos disponemos hasta el fin de la batalla permitiéndonos hacerle gastar más cartas de las necesarias para ganar o forzando que se retire confiadamente creyendo en su victoria para toparse con que le superamos en puntos una vez reveladas las cartas ocultas.
Además del despliegue de cartas y los ataques a los ejércitos contrarios, hay dos elementos tácticos que también son fundamentales en el juego. Sobre uno, por evidente, no nos entretendremos, y este es la relación con los demás jugadores ya que es obvio que este es un elemento esencial (excepto en el juego a dos jugadores, evidentemente).
El otro aspecto fundamental es el saber cuando plantarse en una batalla y dejar que sean otros los que se disputen los puntos y gasten sus recursos. Excepto en el juego a dos jugadores, un jugador que 'pasa' en su turno (es decir, que no juega una carta nueva o que no sacrifica una de las cartas ya jugadas para atacar al contrario) deja de participar en la batalla, aunque sus puntos se contabilizarán al final. Ser el primero en pasar nos permite coger una carta de héroe que nos dará más puntos a la hora contabilizar el valor de nuestro ejército y además nos permitirá hacernos con el ánfora de Agamenon, que vale un punto de victoria por si misma. Pero es que además, pasar a tiempo nos permitirá ahorrar cartas que podremos reservar para una batalla posterior en la que quizá haya objetivos en forma de puntos de victoria más suculentos o decisivos.
En el caso de las batallas 'gorgona' (que son las menos) esta mecánica difiere, y es el jugador que pasa primero teniendo un mayor punto de victoria que el contrario el que se hace automáticamente con la victoria. No se puede jugar caballos de Troya en este tipo de batalla, por aquello de los puntos de victoria ocultos...
JugabilidadEstamos ante un juego con unas reglas concebidas para sacarle el máximo partido jugando a 3 o 4 jugadores, teniendo un particular atractivo la variante a 4 jugadores por parejas ya que tiene un punto de 'coordinación' con nuestro compañero muy interesante.
El juego a dos jugadores a la postre resulta ser una especie de 'variante junior' en la que prescindimos de las cartas de héroe, de las cartas de oráculo y del miedo a gastar demasiadas cartas de ejército ya que nuestro desgaste lleva aparejado el desgaste de nuestro único rival o su rápido abandono (que minimiza nuestro propio desgaste). Está bien para aprender a jugar y practicar las reglas, pero no lo recomendaría para dos jugadores. Para dos personas hay otros juegos como el BattleLine que sin duda son mucho más atrayentes.
El juego a seis jugadores no deja de ser una mezcla entre el juego a 3 bandas, pero por parejas, una ensalada de cartas que probablemente resulte divertida ocasionalmente, pero que no deja de ser una versión distorsionada del juego.
Las partidas tienen una duración inferior a una hora (muy inferior si se trata de dos jugadores) y no es un juego al que de pereza ponerse manos a la obra... pero claro, es que es un juego de cartas. :-)
ValoraciónTengo que decir que el juego me ha supuesto una pequeña decepción.
No se le ha sacado ningún partido al interesante y jugoso tema de fondo. No sabemos qué bando se enfrenta con quien, cada jugador maneja fortalezas y caballos de Troya con total alegría, obtiene puntos por héroes griegos y se matan unos a otros, a veces a tres bandas (en partidas a 3 o a 6 jugadores).
Las cartas son realmente bonitas. Me gustan tanto las ilustraciones como el diseño, pero está clarísimo que es el tipo de juego en el que operan de puro 'gancho temático'.
También me ha decepcionado el engañoso rango de jugadores. El rango real de 3 a 4 jugadores y las opciones de 2 o 6 deberían ser consideradas como variantes opcionales. A dos jugadores es que ni siquiera se llega a utilizar 2 de los 4 mazos de cartas del juego.
Por lo demás, el juego en si es lo suficientemente rápido y sencillo para explicar las reglas en 10 minutos y echar una amena partida mientras se toma un café, y tiene la suficiente miga táctica (excepto a 2 jugadores) para poder jugar bastantes partidas con un desarrollo muy distinto en unas y en otras, sin llegar a cansarnos demasiado rápido del juego.