Pues en mi grupo de juego, que es fanático de los juegos de identidades ocultas, ha gustado bastante el Mascarade, especialmente a partir de 8 que es cuando se pueden jugar algunos de los personajes más molones como los campesinos, el inquisidor o el usurpador. Vosotros criticáis el caos del juego, pero a nosotros es lo que nos divierte. De hecho a menos de 6 o 7 empieza a entrar el factor memoria y al menos en mi grupo los juegos de memoria no le gustan a nadie (a mí menos). Cuantos más jugadores metas, menos de memorizar es y más de bluf, engaño y provocación de confusiones, que es donde está la mayor diversión. Como mucho puedes quedarte con alguna carta, la que consideres que necesitas y seguirle el rastro, pero es imposible seguírselo a todas. A menos de 6 jugadores sí es posible, con mucha concentración, lo que cambia por completo el metajuego: se convierte en un juego de atención, memoria y silencio. Vamos, que son dos juegos totalmente diferentes.
Por otro lado, cuando decís que las partidas se deciden a cara o cruz da la sensación de que estaís diciendo que es azaroso. Y no es azaroso, es bluf. El tema está en ser capaz de leer la jugada del rival para saber si te la jugó o se ha tirado el farol, y eso no es azar. De hecho ahí está la gracia de este tipo de juegos.
Por otro lado, la comparación con el Coup. Desde luego mi grupo prefiere el Mascarade. El Coup lo probamos en una jornada de juegos y nos resultó bastante aburrido y limitado a los personajes que te tocan. Yo tenía pensado comprármelo pero después de la mala opinión que dejó entre mis amigos me he echado para atrás. Creo que por ahora con Mascarade para juego de muchos y Love Letter (juegazo con más chicha y jugadas de las que se le presuponen) para cuando seamos pocos, tengo suficiente.