Gracias, compañeros; disculpad que nos haya dado antes las gracias, creo que movieron el hilo de sitio y no lo encontraba por ninguna parte.
Finalmente lo compré de segunda mano a un compañero que lo vendía baratito, precintado y todo. El año que viene mi hijo cumple cuatro años.
De todos modos, a mi hijo de tres años y cuatro meses le llamó la atención la caja (claro, echémosle la culpa al pobre) y me vi absolutamente obligado a tener que jugar con él.
La verdad es que es interesante:
Tras varias partidas ha conseguido lo siguiente:
No levantar el mago, sino desplazarlo por el tablero, de modo que ya no se cae la bolita.
No pasar el mago por los lugares de intersección de los muros (esto lo ha conseguido en la última partida), de tal modo que la bolita ya no cae en el entramado en el que se colocan los muros.
A nivel atencional, ya es capaz de poner las fichitas con el dibujito que le corresponde en el tablero.
Ya sabe que el mago debe conseguir las fichas que se pone en el tablero.
Ya sabe que tras conseguir una ficha, se debe poner otra en el tablero.
Ya sabe que tras colocar los muros, y colocar el suelo del tablero se debe dar vueltas al tablero (me quedé flipado cuando él mismo lo hizo)
Cosas que no sabe: la puntuación en el dado (salvo el uno).
La correspondencia entre lo que que el mago debe andar y lo que sale en el dado.
Que no debe caerse la bolita (bueno, esto creo que sí lo sabe, pero él se harta de reír cada vez que se cae la bolita, y ese es todo su afán (es decir, que juega al revés que todo el mundo).
Otras curiosidades: Siente mucha curiosidad por el mecanismo del juego, preguntando por qué se cae la bolita, viendo la inclinación de las rampas del fondo del juego, viendo el entramado de paredes y decidiendo donde ponerlas).
Obviamente, mi hijo no sabe/puede jugar todavía al laberinto mágico, y todavía le queda mucho para guiarse por las reglas y comprender muchas cosas; sin embargo, es increíble lo mucho que aprende en cada partida, cómo disfruta, y no hay día que no me pida "jugar con los magos".
A veces se pone botines para "esquivar a los magos", o un reloj verde con el mismo propósito. No sé en qué se diferencian los botines del reloj en dicha tarea, qué es mejor para esquivar a los magos, o en qué condiciones es preferible el uso de uno u otro elemento. Um...me pregunto cómo será ese juego al que juega mi hijo, por qué es tan importante esquivar a los magos, a qué oscuro propósito responden; y si el laberinto mágico es algo más que el simple juego infantil que nos quieren hacer creer.
Mierda, necesito comprarme un reloj.