Añadir a lo que ha dicho César que ha sido un placer participar en el torneo, tanto por el juego como, sobre todo, por los compañeros-rivales.
En esta última partida, tuve suerte con las cartas para mantener a los aliados bajo los efectos de la rivalidad interdepartamental. Por otra parte, la sensación de reescribir la historia que tuve al lograr destruir a los portaaviones norteamericanos (la batalla decisiva que Yamamoto y sus sucesores siempre buscaron), fue de las que no se olvidan.
Solo me queda dar las gracias a César por su iniciativa y por las traducciones de los
logs de Vassal explicando el reglamento.
Saludos y hasta la próxima.