Estimado Sr. Gelete:No puedo por menos que responder ante los infundios, latifundios y malacrítica en general a los inocentes renegadores del mus de los cuales soy una parte.Vayamos por cachos o porciones:- En primer lugar, en las partidas de mus que he visto me he sentido como quien llega a las mitad de una película sueca de Bergman sin subtítulos. Chica, envido, órdago, te quiero (con gran sopresa por mi parte si quien lo dice es un señor bigotudo con puro a otro señor muy gañán, pero es muy bueno ver que el amor nace en lugares tan insospechados) y más señales que en una película de espías. Y luego me dicen que la mejor forma de aprender es jugando, vale pero; ¿jugar a qué?. - Evidentemente los que no soportamos el mus somos sanamente abstemios, con lo que el buen vino o un buen bourbon no nos llegan más que una buena cocacola. Y aunque valoro la posibilidad de que haya algunos antimuses a los que estas bebidas espirituosas les importen, ellos nos son tan importantes para mi como yo y por tanto no cuentan para la validez de MI punto, y eso es una lógica irrefutable.- Capote y el realismo Italiano dudo mucho de que jugaran al mus y como mucho jugarían a la brisca ya que tanto Capote como los directores italianos eran por lo general muy bajitos y sólo jugarían a chica y nunca a grande por lo tanto perdiendo siempre.- En ninguna partida de mus he oido northern soul, como mucho paquito el chocolatero o los Gipsy Kings cantando a los Beatles lo que convierte ver el mus en una experiencia no ya incomprensible sino realmente aterradora.- Los a-museros masculinos no disfrutamos de las mujeres guapas sino de las mucho más interesantes mujeres malas. Las antimuseras y promuseras femeninas que disfruten de las mujeres del tipo que sea pueden invitarme cuando quieran.- Lo que no le puedo discutir ni una coma es en lo de no ser de fiar o el gusto por Karmele Marchante que uno puede tener sus sanas perversiones.Pero como también decía Jack el destripador: lo importante es el interior de las personas.
Yo le tengo tiria a ser el malo en Fuga De Colditz. En serio, muchos de los turnos NO HAGO NADA
El Bang!, saca cartas y haz lo que te dicen, y para colmo siempre muero de los primeros.Para mi es una perdida de tiempo
Y entre lo que he jugado, mi némesis personal es el Longest Day de Avalon Hill, wargueim monstruo de 2000 fichas y 1'5 m2 de feo mapa en forma de "T"; el reglamento era una venganza desparramada desordenadamente a lo largo de más de 100 páginas mecanografiadas con letra pequeña de máquina de escribir antigua. Y eso que estaba en castellano; Las diminutas fichas de 12'5 mm eran monocromas y para remate visual no contaban con la típica simbología OTAN, sino con la original alemana de la II Guerra Mundial, algo así como los símbolos wedding del Word pero en prusiano;La Tabla de Combate favorecía descaradamente al defensor, de manera que atacando en una proporción de 2 a 1 normalmente perdías, con el 3 a 1 la cosa estaba igualada, y para tener ventaja tenías que hacer ataques de 4 contra 1 o superiores. Si a eso añades que en el frente tenías que amontonar rascacielos de 10 o más fichas con sus marcadores y demás, era obligado el uso de unas pinzas de dentista para buscar los batallones "enterrados" que te permitiesen atacar con posibilidades. Y atacar atacabas poco, pues la cosa era hacer ataques concentrados en pocos hexágonos con una brutal superioridad numérica, lo contrario acababa en desastre. Éramos tres jugadores y necesitábamos como tres horas para terminar un turno, y el juego completo tenía 80 turnos... Infumable del todo, se me licuaron las neuronas un fin de semana y eso que entonces tenía veintitantos años, terminé con jaqueca y náuseas. Nunca mais. ¡Y costaba 120€ hace 20 años! Actualmente equivaldría a pagar 240€ para que te dieran por culo.