Siento llevar la contraria a algunos, pero si yo cuando empecé a jugar con mi novia le hubiese puesto delante de un ordenador a leer o ver reseñas de juegos de mesa igual me lo tira a la cabeza y ya me puedo ir olvidando de volver a intentar jugar con ella.
Yo es que tengo esa manía de suponer que, para ver qué le puede gustar a la persona A, es mejor preguntarle a la persona A que a una panda de extraños de internet. Que a lo mejor se le está recomendando Exploradores y lo que le apetece es Twilight Struggle.