Un pre-order a un mes vista del lanzamiento del juego no me importa, si la editorial ya ha dado una fecha definitiva de cuándo se pondrá a la venta. Normalmente si tengo interés por un juego y estoy convencido que me lo voy a pillar, esa opción me parece perfecta para asegurarme que lo disfrutaré durante el fin de semana sin tener que estar pendiente la semana de lanzamiento de cuándo lo tienen en stock en la página web de la tienda. Yo al menos un pre-order lo entiendo así.
Ahora, lo que se hizo con el Mage Knight me parece una tomadura de pelo en toda regla, teniendo culpa tanto la editorial como las tiendas que lo pusieron a la venta con tanta antelación sobre la primera fecha estimada. Es cierto que nadie nos obliga a pasar por ese aro, pero entre ambas partes consiguieron que fuera muy difícil comprar el juego en el mes de febrero, cuando ni siquiera había salido de fábrica. Yo al menos no pude comprarlo en mi tienda habitual al tener todos los pre-orders vendidos y no poder garantizar la entrega de más unidades. Creo que es conocida de sobra esta historia, así que no hace falta decir más.
Desde entonces decidí que nunca más compraré un juego que todavía no ha salido de fábrica. Para sufrir retrasos y tener inmovilizado un pastizal ya tengo Kickstarter, así que no hace falta que me invente otra nueva forma. Así que el último pre-order que he comprado ha sido el Spirit Island, y sólo cuando Arrakis dio como fecha de venta un día concreto.
Me suena que Álamo decidió no poner el precio de sus novedades de primeras para evitar que la gente sufra el tema de los pre-orders por parte de algunas tiendas. ¿O me lo he imaginado?