Pax Renaissance sin duda. Te cuento mi experiencia:
El juego es mucho más sencillo de reglas y de jugar de lo que parece, pero de lejos. Obviamente, lo que es harto complicado es dominar el juego, pero sé que eso no es problema para ti, que eres de los que juegan los juegos.
El horror es el reglamento. Lo peor de todo bajo mi punto de vista es la forma en que Eklund organiza las cosas. Quiere ser tan temático que olvida la exposición clara de los conceptos.
En Pax Renaissance muchas acciones se interrelacionan: hago esto porque me servirá para esto y así aprovecho para continuar después con esto otro. ¿Qué hace Eklund? Te menciona cosas que no se explican hasta después y, cuando te las está explicando, la explicación está incompleta porque tienes que acudir a uno o varios términos del glosario para completar la información, con el consiguiente baile de páginas arriba y abajo.
¿Cómo superar eso?... Me consta muy de cerca que MQO ha hecho un espléndido trabajo para tratar de facilitar las cosas, con la guía, mejora del reglamento y el vídeo. Yo no he visto el vídeo, pero Cartesius es una de las personas que más controlan el juego y que mejor lo pueden explicar y es posible que se haya alargado en un afán de clarificar todos los conceptos del juego. Creo que ese vídeo gana mucho si tienes el juego sobre la mesa mientras lo ves. Pero claro, si te estoy escribiendo esto es precisamente porque no lo tienes.
La curva de aprendizaje es elevada y, como digo, el reglamento no ayuda. Pero luego juegas y ves que en apenas dos o tres partidas el cerebro te hace click y ves toda su grandeza.
En el fondo es todo bastante más sencillo de como lo plantea Eklund. Te cuento lo que yo haría en tu lugar y en el de cualquiera que le tenga miedo al juego por las reglas:
En el juego hay una serie de acciones a elegir, de las que debes hacer una o dos en tu turno. En total son 8 acciones distintas, pero debes contar como si fueran 6, ya que hay dos acciones que son la misma acción, solo que jugada en el este o en el oeste. De estas 6, 4 son muy sencillas de ejecutar y en las otras 2 está todo el mejunje del juego. Estas dos acciones son bajarte una carta de la mano (a lo que se denomina tu muestrario; es decir, a tu serie de cartas jugadas, que se componen de una carta de jugador y una o más cartas bajadas a la derecha y una o más cartas bajadas a la izquierda, lo que componen el este y el oeste; también puede no haber ninguna) y activar las operaciones, del este o del oeste.
Bajarse una carta de la mano tiene dos partes: si te sale un icono de «Ahora o nunca», como su propio nombre indica, debes decidir si lo juegas en ese momento o ya no se jugará. La segunda parte es que colocarás piezas en el tablero (o en el muestrario), según indique la carta.
Esto, que no parece complejo, está enrevesado en el manual.
La otra acción «chunga» es realizar operaciones. Puedes activar una operación por carta (algunas cartas tienen más de una operación) o bien de las que tienes en el este o bien de las que tienes en el oeste. Obviamente, debes conocer la iconografía de las operaciones y su funcionamiento.
Y esto también está de pena en el reglamento.
Por tanto, ¿qué haría yo?
Reescribir en una hoja todas las operaciones y todos los eventos «Ahora o nunca», y servirme de guía durante la partida con eso. Y te adelanto que no es fácil hacerlo, pero sí muy útil. Y también reescribiría lo que es un cambio de régimen.
Parece que no, pero luego todo encaja y antes de lo que parece, solo que necesita un esfuerzo e implicación por parte de quien se lo curre. Yo lo he explicado a varios jugadores y, en la primera partida, perdidos, pero en seguida se entiende todo.
Luego está el hilo de dudas, que nunca falla.
El problema es que no te lo puedo explicar todo aquí en unas líneas, pero no es tan fiero el león como lo pintan.
Dicho esto, es el único Pax que he jugado, que conste, pero es una maravilla de juego y con toda la interacción del mundo, que sé que te gusta.