Sin duda todos son abstracciones, y si quieres ver "formar cuadros" de verdad, debes bajar a La Bataille y formarlos a partir de 3 puntos de fuerza, 300 tipos con 4 esquinas. En cuanto subes un poco la lupa, tienes que hacer concesiones, como los escasísimos tramos de factor de fuego en la serie Eagles.
No obstante me sigue gustando más la resolución de combate de Stumptner, más al estilo Battlehymn pero sin marcadores de fuerza que se pierden o desmoralizan y va bajando la fuerza de la unidad. Eso me parece muy "real". En la versión de Stumptner lo "atenúa con el tercer paso de unidades grandes .
Cita de: JUK en 03 de Abril de 2021, 13:08:28 No obstante me sigue gustando más la resolución de combate de Stumptner, más al estilo Battlehymn pero sin marcadores de fuerza que se pierden o desmoralizan y va bajando la fuerza de la unidad. Eso me parece muy "real". En la versión de Stumptner lo "atenúa con el tercer paso de unidades grandes .Sobre gustos no voy a intervenir. Más bien es para decir que ese desgaste del que hablas de "real" no tiene nada. Las unidades ni en la época -ni en ninguna- se van desgastando poco a poco: o están o no están. Y en eso consiste el combate: en forzar al otro a desbandarse y desmoralizarse, perdiendo su capacidad para "estar" el fuego es medio no el fin. Lo de la peli el Patriota es más falso que un billete de 3 lerus. Las filas no se acercan y se paran para descerrajarse tiros como gilipollas. Cuando lo hacian estaban a varios cientos de metros unos de otros y no se daban ni un balazo, eso era un ataque fracasado. Cuando una ataque triunfaba era porque se acercaban tan cerca del otro que o bien el defensor salía corriendo o les daba tiempo a descerrajarles una descarga cerrada a 30 metros y luego ya no quedaba nadie delante para ver qué pasaba después. Todo o nada. O eso dicen los testimonios y dicen los historiadores.
Uno de los problemas de la batalla napoleónica es que conocemos mucho, pero no lo suficiente. Quiero decir, por un lado tenemos los manuales tácticos que han sobrevivido y centenares de testimonios de testigos presenciales, pero que en muchos casos son contradictorios. Hay algunas cosas relativamente claras, sin embargo. La principal, en relación con la discusión que nos ocupa, es el desgaste de las unidades en tiroteos prolongados. Todos los testimonios coinciden en lo mismo: esa era una situación táctica que debía evitarse a toda costa y que cuando sucedía era porque el atacante había fracasado en su propósito de romper la línea enemiga. Incluso cuando sucedían a corta distancia -50 metros o menos, aunque lo normal era que se produjeran a distancias superiores a los 100 metros- la propia naturaleza de las armas de fuego de la época hacia que las bajas fueran relativamente escasas y si no se introducía un nuevo elemento en la ecuación -nuevas tropas, un ataque de flanco, un pánico súbito- no servían para nada. Uno de los problemas, de hecho, de la mayor parte de los juegos clásicos de napoleónicos es que el fuego de infantería es demasiado mortífero. Lo que todo atacante buscaba era que el enemigo huyera antes del contacto, no enzarzarse en tiroteos prolongados. Para conseguirlo se empleaban distintas tácticas: conseguir sorprender al adversario utilizando el terreno para que no fuera consciente de estar siendo asaltado hasta que era demasiado tarde, de modo que se generaba pánico; aprovechar cuando estaba desordenado para lanzar un ataque decisivo; ir "probando" con las pantallas de tiradores hasta encontrar un punto débil que poder aprovechar para lanzar un asalto -los españoles, por ejemplo, tenían un problema en la batalla de hostigadores, ya que normalmente carecían, al menos los regimientos de nueva creación, de suficientes soldados entrenados para operar en guerrilla, lo que daba una ventaja decisiva a los franceses-; debilitar la voluntad y la fuerza -¡Naturalmente!- con la artillería; obligar al oponente a adoptar formaciones poco eficientes para hacer frente a un ataque de infantería; etcétera. Nunca se usaba una sola, por separado, sino que se combinaban de distinta manera hasta conseguir el resultado deseado. Aquí, precisamente, era dónde residía la ventaja de las tropas veteranas o de las extraordinariamente tozudas, y era en que no era nada fácil desordenarlas y forzarlas a retirarse. Los británicos no es que fueran mejores tiradores que los franceses, o que pusieran más mosquetes en la línea de fuego -como postulaba Oman- sino que eran capaces de mantenerse firmes y contraatacar. Si leéis atentamente las narraciones de las acciones en España y Portugal los tiroteos descritos duraban apenas unos minutos: una andanada seguida de una rápida carga a la bayoneta, forzando la retirada de los atacantes franceses. Combinadas con la habilidad de Wellington para elegir posiciones defensivas donde la superioridad de la caballería francesa no podía ser explotada al máximo, eran tácticas ganadoras. Así pues, el desgaste existía, por supuesto, pero salvo casos excepcionales -por lo general en la defensa de posiciones fijas, como el Reducto de Borodino, el Granero de Essling o el cementerio de Plancenoit- se producía en el toma y daca de huidas, retiradas y contraataques que se producían a lo largo y ancho de la línea de batalla, no en prolongados intercambios de disparos.