Otro de los testeados en la Queidada de Barcelona
Hemos jugado dos grupos de tres.
En general nos ha parecido que la idea y mecánica del juego estaba bastante bien. Pero algo no acaba de cuadrar, sobre todo tras la llegada de una oruga.
El Carabus enloquece y prácticamente se hace imposible llegar a la meta, con el puñetero depredador recorriendo alegremente 6 casillas y merendandose todo a su paso.