¡Hola a todos!
Me animo a incorporarme a esta sección incluyendo una Crónica de la época-épica de mi primera partida al HIS concluída por Cyberboard y ACTS "SegundasHistorias".
La empezamos allá por el mes de marzo.
El ritmo de juego no ha sido malo (teniendo en cuenta que sufrimos el parón estival obligado).
Tuvimos que salvar el escollo de dos abandonos (uno por fuerza mayor y el otro por cansancio) suplidos por dos jugadores experimentados (Javi y Pep).
La hemos concluido los siguientes besekeros: Danli (Super Papa), (Cotiff- Emperador), (Peperinni- inglés), JavideNuln-Beren (francés), (Simón- Protestante) que a punto estuvo de evitar el triunfo final y Xuan (yo mismo, de otomano).
Al final, la partida se resolvió demasiado pronto a mi entender (turno 5).
Pero fue muy intensa y quiero compartirla con todos vosotros.
Espero que os resulte divertida la narración (se trata de una Crónica de la época).
Se admiten todo tipo de comentarios y añadidos.
“CRÓNICA de UNA VICTORIA ANUNCIADA”
O como el Islam se afianzó en el corazón de Europa.La victoria otomana sobre los reyes cristianos se ha conseguido (alabado sea mil veces el nombre del Profeta). Pero el camino hasta su consecución no ha sido fácil.
Comenzó el reinado del Gran Sultán Otomano Soleiman, con la invasión del reino de Hungría que le debería reportar fama y grandeza. No fue así, y tras un esperado asalto y toma de Belgrado, las tropas del rey Luís II de Hungría rechazaban la invasión de Buda y solicitaban la ayuda imperial.
Esta no tardó en llegar en forma de una declaración de guerra al Gran Turco en particular y al conjunto del Islam en general. La situación se hacía difícil en esos inicios del conflicto contra los Habsburgo, pues numerosas eran las noticias de grandes riquezas,(oro y plata) traídos por los barcos castellanos del Nuevo Mundo. Y así se mantendrían hasta el final.
Sólo una alianza de los principales reyes cristianos podría poner freno al poderío y fortaleza del Emperador. Y el Póntífice de los católicos vino en ayuda de nuestro Sultán: Se creaba la primera Gran Coalición en contra del Imperio y la casa de los Habsburgo. Y no sería esta la única ocasión en la que los reyes cristianos rivalizarían entre ellos, para mayor gloria de nuestra fe.
Iniciadas las operaciones, los imperiales esperaban una nueva invasión de Hungría y se habían preparado para ello. La acción otomana se focalizó en otro escenario: campaña naval de Ibrahim Pasah, eliminando la oposición imperial en el Mediterráneo, previa a la posterior toma de Túnez y Gibraltar. Mientras tanto, Francia e Inglaterra hostigaban en Flandes al Emperador con poca o nula fortuna.
Sin duda alguna, Gibraltar supuso una de las claves del éxito de nuestro Sultán (Dios lo guarde y guíe eternamente):
- Por un lado, su pérdida convenció a Carlos V de la necesidad de una paz con el Gran Turco (inesperada en Istambul).
- Del otro, le permitió al Sultán proporcionar ayuda naval al rey Enrique de Inglaterra, en su nueva guerra contra el Imperio.
La sorprendente paz con el Imperio consolidaba definitivamente el poder de la Media Luna, pues los Habsburgo debían hacer frente a los ingleses en los mares del Norte y Flandes. La diplomacia otomana organizaba “in extremis” una nueva alianza antiimperial cuya finalidad principal consistiría en reducir la fortaleza naval del Habsburgo en Flandes. No se consiguió ese objetivo, pero a pesar de ello, el Islam salía reforzado de ese nuevo conflicto: la paz proporcionaba recursos y tiempo para organizar la que sería la “yihad” del triunfo, mientras que los enemigos imperiales se desangraban frente a protestantes e ingleses.
A pesar de todas las guerras mantenidas hasta el momento, el Imperio era aún más fuerte que antaño. Había que aunar esfuerzos entre los reyes europeos para poner fin a la hegemonía Habsburgo.
En Toptaki, se planificaba y organizaba hasta el último detalle la nueva campaña: La toma de Viena y Buda. No se menospreciaba la diplomacia y de nuevo con ayuda y participación del Pontífice de los católicos, se organizaba una coalición antihabsburgo que facilitaría sobremanera la victoria final.
Un gigantesco ejército de cerca de 200.000 guerreros del Islam se abalanzaba primero sobre Viena (insuficientemente defendida) y más tarde sobre Buda, en una guerra victoriosa que dejaba a los imperiales sin posible reacción. El éxito inesperado, provocó la euforia en Istambul y apresuradamente se organizó una nueva campaña para hacerse con el último reducto católico en Centroeuropa: Praga.
Por fin la reacción de los
Rum fue acertada en esta ocasión y las tropas protestantes de Juan Federico se adelantaban por escasas semanas en la captura de la capital checa. Mientras, el Emperador mantenía una actitud timorata y se limitaba a defender sus posesiones de Occidente de la amenaza más potencial que real de franceses e ingleses.
El turno le tocaba ahora a Barbarroja y a su flota de corsarios berberiscos, ansiosos por reclamar un papel protagonista que hasta el momento no habían alcanzado. En dos campañas sin oposición, asolaron las costas de Valencia, Cataluña y Baleares, completando la victoria final que Allah en su sabiduría, otorgó a nuestro Gran Sultán Otomano Soleiman “el Magnífico”.
HIS, turno 5 de la hégira.
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