La clave está en lo que dice Gixmo, si la gente sabe jugar el juego no hay que subir el precio del privilegio, lo malo es que no sepan. Por otro lado no estoy del todo de acuerdo en que El Año del Dragón sea ligero. Es un juego muy sibilino, en el sentido de tener unas reglas muy sencillas pero exigir plena concentración. Si uno comete un fallo se puede quedar sin la menor opción de ganarlo. Fácil de aprender a jugar pero nada ligero diría yo (lo cuál lo digo como enorme virtud de este jueguito, que para mi es el tercer mejor del maravilloso año 2007 después de Brass y Agricola, en ese orden.