Después de casi un mes sin escribir una crónica, me he remangado y a ello me dispongo. Laocasión lo merece. Las últimas semanas del BdC habían tenido viernes de mucha diversión, pero poca afluencia de participantes y esta semana parecía que iba a seguir el mismo patrón, incluso batiendo record (a la baja) de asistencia. El jueves a mediodía sólo estabamos como asistentes confirmados Kintaro y yo (el mínimo necesario para poder llamarlo "quedada"), y de repente y contra todo pronóstico, empezaron a llegar mensajes aquí y allá.... y cuando bajé al BdC el viernes por la noche estaba previsto que nos reuniéramos allí diez personas. Vaya!.. parece que el BdC resurge de sus cenizas..
Nada más llegar me encontré a Kintaro y Nashatya, que como siempre, fueron los más madrugadores. También estaba la última incorporación al grupo: Eugenia, recién llegada del paraíso de los juegos de mesa (sí, hablo de Alemania) y que a través de internet había acabado dando con nosotros. Olé por ella!. Estabamos en las presentaciones cuando también apareció Lord Trully, con puntualidad inusitada. Quedar con Trully es como la caja de los bombones de la madre de Forest Gump.. que nunca sabes lo que te va a tocar. Esta vez tocó ser puntual. Bien por ello!
El BdC estaba atestado de gente y la zona de juego estaba ocupada (sacrilegio!!!) por unos comensales que degustaban unas hamburguesas. Rapidamente me lancé a ocupar con todo tipo de enseres las mesas que quedaban libres, antes de que la muchedumbre que había en la parte de abajo se percatara de la existencia de una "parte de arriba". Debí actuar con especial vehemencia, porque en menos de un minuto la parte de arriba quedó desalojada por completo. A pesar de lo que pudiera parecer, juro y prometo que no amenacé a nadie ni utilicé ninguna media coactiva. Nótese la calidad personal del que suscribe, que podría aprovechar para colgarme una medalla y dejo pasar la ocasión con humildad y discreción.
Bueno, pues ya estabamos cinco y esperábamos todavía a unos cuántos, y qué mejor forma de llenar la espera que con un jueguillo. Al fin y al cabo, para eso habíamos quedado. Así que saqué mi flamante copia de la muralla china, del señor Knizia, y me puse a explicar las reglas. No es un juego compllicado en absoluto, así que la explicación la hice todo lo rápida que pude, y cuando ya estabamos justo en disposición de empezar llegó Corwin, y unos minutos después, Bicho, a quien hacía meses que no veíamos. Total, que no llegamos a jugar a la muralla china. Es para cinco y ahora eramos siete.
Probablemente de los presentes el que más conoce del mundo de los juegos de mesa es Bicho, así que a él recurrimos para recomendar un juego al que pudieramos participar todos juntos, mientras esperábamos al resto. Ofreció tres juegos (no recuerdo cuales) y finalmente acabó viendo mesa For Sale. Realmente es para seis jugadores, pero Bicho hizo de maestro de ceremonias /crupier y se abstuvo de jugar para explicar las reglas e ir repartiendo cartas, etc.
For Sale es un jueguillo muy sencillo, puro de subastas. Tiene dos fases. En la primera fase, cada jugador empieza con una cantidad de dinero y se va pujando por propiedades inmobiliarias de diversos valores (la más sencilla es una caja de cartón, de valor 2, y la más avanzada es un chalecito en una estación espacial, de valor 30). En cada turno se ofertan tantas propiedades como jugadores participen (todos recibirán una propiedad en cada turno). La gracia está en que siempre hay que ir superando la puja del jugador anterior. Cuando alguien pasa, renuncia a la mitad de lo pujado y se queda con la peor carta disponible en ese momento. El que gana la puja se lleva la mejor propiedad.
En la segunda fase del juego el sistema sigue siendo el mismo, pero ahora no se ofrecen propiedades, sino cheques (tantos como jugadores). Cada jugador escoge una de las propiedades que ganó en la primera fase y la desvela. El que tiene la mejor propiedad escoge primero el cheque (que lógicamente será el más alto) y así se van adjudicando todos los cheques y se repiten las rondas hasta que se han "vendido" todas las propiedades. El que más pasta consiga (en cheques y en dinero que le pudiera sobrar de la primera fase) es el mejor agente inmobiliario.
En nuestra partida el mejor agente resultó ser Marc, todo un tiburón que amasó una fortuna (52). Kintaro le siguió con 49 y raquel con 47. Después Eugenia y yo con 37 y por ultimo Trully, que la compra-venta de propiedades no es lo suyo, y se quedó con 27.
Estuvo especialmente divertida la anteúltima ronda de la segunda fase. Todos dimos por supuesto que Trully se guardaba la estación espacial para la ultima ronda y la gente jugó sus mejores cartas. Pues bien.. Trully sorprendió jugando la estación espacial y allí se junto la creme de la creme de las propiedades del juego. Alguna se vendió por bien poquito.
Estuvo entretenido. Aquí dejamos una imagen del evento en la que podemos ver cómo Marc señala con desdén una propiedad. Ahi no se aprecia, pero un uso del zoom adecuado desvela que se trata de una triste caseta de perro, que además, creo que se acabó adjudicando por cuatro duros y seguro que vendío a precio de Moraleja.
También puede ser que estuviera pidiendo una servilleta... ¿quien lo sabe?
Mientras estabamos con el For Sale, acabaron llegando el resto. Jorge, AlvaroH y Terán, y poco después Jose el Cántabro. Así es como, a eso de las 23:10 nos reunimos allí once jugones, de la forma más inesperada. Algo que no sucedía desde el 21 de mayo, hace casi cinco meses.. que me he molestado en mirarlo.
Ya estábamos todos y como nos habíamos reunido de forma muy acelerada, no había habido tiempo de planificar a qué jugar, aunque eso nunca ha sido un problema en el BdC. Yo tenía una perra muy gorda con jugar un Maharajá, que lo tengo hace ya un par de meses y aún no había probado. Terán, Jorge y AlvaroH ya lo habían probado y Jose yo creo que ni siquiera había oído hablar de él, pero así con todo, le líamos y configuramos una mesa a toda velocidad.
En la otra mesa Kintaro desplegó una de sus recientes adquisiciones: Zombie State. Un juego que tiene muy buena pinta y al que también le tengo ganas, pero todo no puede ser (ya caerá). En esa mesa estuvieron el resto de los jugadores. El juego es para cinco y ellos eran seis, de modo que Bicho se ocupó de asesorar a Eugenia y Raquel sobre el juego (tengo entendido). Sobre este juego no puedo contar demasiado... salvo que cada jugador viene a representar un continente y tiene que atajar los brotes de zombies que surgen por toda la tierra, desarrollando tecnologías adecuadas, y manteniendo viva a su población. De los pormenores de la partida tendrán que ser ellos quien den su opinión. Yo me limité a hacer alguna fotilla de vez en cuando. Por ejemplo, ésta, en la que ni si quiera está configurado el comienzo del juego y Raquel ya se ha metido por completo en el papel.
. A Marc se le ve confiado y hace (prematuramente) el signo de victoria, y Trully parece que acaba de despertarse de un profundo y reparador sueño.
En nuestra mesa empezamos con las explicaciones. Yo me había visto un par de veces el videotutorial de Mario Aguila, y leído un par de docenas de veces el reglamento (es cortito y viene muy bien para ir al baño, por ejemplo
) , pero como uno tiene la memoria que tiene, no vino mal refrescar un poco. A Jose no es que le viniera mal, es que era indispensable, porque era la primera vez que se encontraba con el juego. Aquí vemos a Alvaro en plena explicación o quizás advirtiendo a Jose de la manía que tiene jorge de ganar todo lo que juega (en la imagen no se ve, pero el dedo apunta a donde estaba Jorge)
No eramos nosotros los únicos dedicados a repasar reglamentos. La mesa vecina parecía una bilioteca de la universidad una semana antes de los exámentes de Febrero. Mirad qué aplicados todos. En la imagen no se aprecia bien, pero llama la atención el tablero, que tiene colores muy llamativos y que, en cada territorio (y son muchos) comienza con un dado.
Este es el aspecto general que tenía la parte de arriba del BdC este ultimo viernes cuando ya habían comenzado ambas partidas. Buena pinta, eh?
Bueno, ahora me centraré un poco en lo que me tocó más de cerca. El Maharajá es un juego de construcción de palacios en diversas ciudades de la india. Se trata en realidad de una "carrera" por ver quién es el primero en construir siete palacios. Para ello cada jugador dispone de un arquitecto que tiene que ir viajando a las diferentes ciudades a hacer su labor constructora, pero viajar y construir vale dinero y el dinero se obtiene gracias a las visitas que el rajá hace a las ciudades. En cada turno el rajá visitará una ciudad y allí cada jugador puntuará según la presencia que haya obtenido (construyendo casas, palacios o teniendo allí al arquitecto). La mecánica principal del juego es la selección oculta de acciones (dos por turno) mediante un disco donde aparecen nueve acciones posibles.
Además, cada jugador tiene en todo momento un rol o representa un personaje(una de las acciones es precisamente cambiar de personaje) que le otorga ciertas ventajas en el juego. Otra de las acciones posibles es influir en qué ciudad será la próxima que visitará el rajá (y será puntuada). Esto hace que la partida sea un ejercicio constante de planificación, en el que si te equivocas, puedes quedar un poco descolgado (si escoges una acción que finalmente no puedes llevar a cabo, el resto de los jugadores reciben una recompensa).
Obviamente, paso por alto muchos detalles del funcionamiento del juego, que para eso está el reglamento, pero este comentario puede ser suficiente para hacerse una idea de qué se puede encontrar uno. A mí me parece un juego bastante cerebral y muy entretenido. Además, es bastante atractivo visualmente, porque los palacios están representados por unas piedritas de colores muy monas. Mirad:
Quizás no se aprecia en la imagen, pero si os fijáis detenidamente en la ciudad de la esquina inferior derecha, veréis que junto a los palacios y arquitectos aparece una moneda de 10 céntimos. Quiero aclarar que en el BdC se juega por diversión y no por dinero... pero el juego le adquirí de segunda mano y me llegó sin arquitecto negro.. snif. Tuvimos que improvisar y Raquel nos prestó la moneda, que acabada la partida fue debidamente reintegrada a su legítima propietaria.. que quede claro.
Durante la partida Jose equivocó sus acciones en dos ocasiones, y celebró la ocasión con todo tipo de lamentos y aspavientos. Pues bien, el muy llorón (y el único que no conocía el juego) acabó ganando la partida. En el último turno estaba claro que sólamente Jorge y él iban a estar en condiciones de ganar y Terán y Alvaro se aliaron para que la victoria no fuera para Jorge... que parece que es una tradición que ellos tienen de hace tiempo, para desgracia de Jorge, que no pudo hacer nada y se tuvo que conformar con un segundo puesto. Terán, que durante los primeros turnos se quedó descolgado, se recuperó estupendamente y quedó tercero y después Alvaro. Yo quedé en ultimo lugar... porque si encima de proponer el juego, voy y lo gano, lo mismo les quito las ganas de repetir.
Bueno, por eso, y porque me lo monté mal.
En la mesa de al lado seguían en plena guerra con los zombies. El tablero lucía espectacular:
Y aquí los luchadores que trataban de sobrevivir en un mundo tan cruel.
Como se puede apreciar, Trully se sentía "cómodo" con la partida.
Marc en cambio parece en la imagen que le hubiera sentado mal la hamburguesa.
La partida se acabó resolviendo a favor de kintaro, que por lo visto, el tema zombie lo tiene controlado y se montó una frontera en méxico que le salvó de todos los zombies yankies... aunque esa historia es mejor que la comenten ellos, que yo solo hablo de oídas.
Nosotros acabamos el maharajá con los cerebros exhaustos y estuvimos valorando a qué dedicar el resto de la velada (acabamos en torno a la 1:30 o las 2:00). La idea original era jugar un brass, pero no había cuerpo y aprovechando que jose había traído un prototipo de un juego suyo (aún no tiene nombre, así que lo llamaré X) del que ya había oído hablar varias veces y le propuse que enseñara y explicara un poco el juego, a lo que accedió y en ello estuvimos:
Al final la explicación se convirtió en un estudio pormenorizado de todo el reglamento, pero que yo creo que resultó interesante para todos. Lástima que no diera tiempo a jugarlo, porque a priori tiene buena pinta y hay algunos matices cuyo grado de acierto sólo se van a poder valorar objetivamente tras varias partidas. De todas maneras, ya hay parte del trabajo hecho. Para la próxima vez, yo encantado de jugarlo (y de escoger entre todos un nombre.. no se.. quizás ¿Frutales?). Se trata de un juego de gestión de recursos para conseguir buenas cosechas que se juega por parejas. Como no es creación mía, no voy a desvelar más cosillas al respecto, aunque hay que hacer mención especial a la calidad del prototipo. Jose ha confeccionado unos componentes muy vistosos de manera muy imaginativa y, a falta de probar el juego como corresponde (jugando), parece bastante entretenido. A ver si algún día se animan otros dos y organizamos una partida (doy por supuesto que Jose jugará, y yo me apunto).
No jugamos a nada más. El análisis del juego nos llevó a un debate entretenido sobre algunas de las mecánicas y posibilidades. Aquí tenemos a Jose justo en el momento en que su cerebro envía impulsos nerviosos a la zona consciente para formar el pensamiento "Eso no se me había ocurrido..."
Mientras tanto, la mesa vecina comenzó una nueva partida a Alea Jacta Est. No tengo ni la más remota idea de qué va el juego y si conozco el aspecto es por fotos como ésta:
No se si el juego incluye amenazas, pero a juzgar por el dedo acusador de Eugenia, cualquiera podría pensar que sí que algo de eso hay. Eso sí, Marc aguanta el tipo impertérrito.
Aguardo interesado más datos sobre el devenir de la partida.
Eso fue lo que dio de sí la velada. Yo creo que todos pasamos todos un buen rato y la verdad que el BdC tuvo un ambiente que hacía tiempo no se veía. Aprovecho además para dar la bienvenida de nuevo a Eugenia y a ver si la proxima vez coincidimos en alguna mesa de juego.
Nos vemos el viernes que viene. Hay todavía muchos juegos por probar.
salu2