Me gusta la variante de Mario Ianelli, al menos te tienes que preocupar por mantener un barco y no olvidarte completamente de la navegación.
Yo gané una partida en la que en la mitad de la partida dejé mi último barco en Madagascar y los marineros se entretuvieron el resto de la partida haciendo botellones y copulando con las indígenas de la isla, mientras mis fábricas de manufacturas estában haciendo dinero en Lisboa con las materias primas que vendían los demás jugadores. Es verdad que los demás jugadores me dejaron forrarme y comprarme edificios de 2 en 2 pero no me vi como un Navegador que es de lo que va el juego.
De todas formas, es un juegazo. Además, le veo mucha rejugabilidad.